Primeros cuidados para el cordón umbilical

Primeros cuidados para el cordón umbilical

Escrito por: Sacra    27 junio 2009     2 minutos

Con la llegada de nuestro bebé vienen, también, un montón de pequeñas tareas básicas y necesarias de las que, por regla general, no tenemos ni la más mínima experiencia. Una de ellas es el cuidado que requiere el cordón umbilical del bebé, ya hablamos de él en otra ocasión pero ahora lo vamos a ver con más detalle.

El cordón umbilical se le corta apenas nacer, de esa forma ya está liberado de la ‘prisión materna’ que, durante nueve meses, lo ha alimentado en nuestro interior. Al cortárselo, queda un trocito de tripa pinzado que, después de un tiempo, se seca y se cae. Hasta que esto suceda pueden pasar de una a tres semanas, como en todo en lo concerniente a los niños, cada uno lleva su ritmo y no hay una medida exacta para ellos.

Es vital que, mientras llega el momento de la ‘maduración umbilical’, mantengamos esa zona bien vigilada, limpia y seca. Para ello sólo es necesario seguir algunos cuidados muy simples.

Hasta que caiga del todo es preferible asearlo con una esponja en vez de sumergirlo en la bañera. Es importante, también, que al menos tres veces al día limpiemos esa zona con un algodón empapado de alcohol, a fin de evitar infecciones. Y, sobre todo, estar muy pendiente de que siempre esté seco a fin de que el proceso de secado sea lo más rápido e higiénico posible.

Hay que estar atentos a algunas señales que nos pueden indicar que se ha producido una anomalía en este proceso. Si advertimos una secreción amarillenta, acompañada de un fuerte olor o enrojecimiento y sensibilidad en la piel de alrededor, podemos estar ante un caso de infección. Otro de los problemas suele ser el sangrado, a veces producido por el exceso de manipulación en la zona. Debemos tener en cuenta que el cordón debe caer por sí mismo, aunque penda de un hilo, nunca debemos forzarlo para su caída.

También de estos cuidados dependerá que, de mayores, nuestros niños luzcan un bonito ombligo, siendo la envidia de cualquier playa.

Vía | Web del Bebé