Prejuicios raciales en bebés

Prejuicios raciales en bebés

Escrito por: Belén    21 abril 2014     2 minutos

¿Puede un bebé de 15 meses tener prejuicios raciales? Una investigación publicada en Frontiers In Psychology sugiere que podría ser. En un cuestionable estudio evalúan la conducta de un grupo de bebés en una situación concreta. Se pide a dos adultos que distribuyan unos juguetes en cajas. El primero lo hace equitativamente y el segundo no. Los bebés prefieren al que ha sido justo salvo que los adultos sean de distinta raza, en ese caso se decantan por el de la suya.

Según los autores esto podría significar que los pequeños discriminan por raza, aunque reconocen que quizá los bebés criados en barrios o zonas multiraciales sean menos propensos a hacer dichas diferencias. No veo consistencia ninguna en este estudio que no ha tenido en cuenta el entorno de los niños, ni ha utilizado grupo de control ni bebés de distintas razas. Por sentido común y por propia experiencia no le doy ningún valor a esta investigación.

Mi hija tenía cuatro años y un día me dijo que quería comer mucho chocolate para ponerse morena. Cuando le dijimos que nada tiene que ver una cosa con la otra nos preguntó sorprendida ¿entonces mi seño no está morena por comer mucho chocolate?. Nunca había hablado del color de la piel de su profesora ni de ninguno de sus compañeros de otra raza. Y en ese momento solo pensaba en que quería parecerse a ella. No había nada racista en la diferencia que notó. Aún esperamos que el peque nos comenté algo sobre el aspecto de sus amiguitos del cole. Por ahora no hace distinciones por razón de sexo o raza y apuesto a que así seguirá siendo.

Un niño cuyo padre no tenga barba, preferirá a un cuidador afeitado frente a uno que sí la tenga. Es cuestión de costumbre. Un niño que no haya tenido contacto con nadie de otra raza puede que se sienta más cercano a quien tiene rasgos parecidos a sus padres. Pero lo normal es que ni siquiera sean conscientes de las diferencias. Ni racismo ni sexismo son innatos, ambos son inducidos por los adultos con o sin intención, y estudios tan superficiales como este no hacen ningún bien.

Vía | Huffington Post
Foto | Flickr-Ian D. Keating