Poema para embarazadas: Carlos Castro Saavedra

Poema para embarazadas: Carlos Castro Saavedra

Escrito por: Sacra    27 marzo 2011     2 minutos

Una de las formas de expresión literarias más emotivas e íntimas es el de la poesía. A través de ella nos acercamos a los sentimientos más puros y profundos del ser humano haciendo que las palabras sean, más allá de la mera formalidad, un vehículo con el que acercarnos al latido y a la realidad que esconde su corazón. Pero si, además, estos versos van dirigidos hacia una de las experiencias más enriquecedoras, como la de tener un hijo, entonces esa emotividad se multiplica, ayudándonos a poner en nuestra boca toda esa revolución amorosa que tanto nos cuesta expresar.

Hoy os dejamos aquí un nuevo poema que habla sobre los sentimientos paternales y de como el hombre, a través de su mujer embarazada, siente como su hijo se está llenando de vida y de luz. Fue escrito por uno de los poetas colombianos más importantes del siglo pasado: Carlos Castro Saavedra.

UN HIJO PRESENTIDO

Para la vida de mis hijos
bella medida es tu cintura,
y bello el ritmo de tu pulso
para la sangre de mis hijos.

En tu nostalgia atardecida
cabe el sollozo de mi niño,
y cabe el llanto de sus ojos
entre la red de tus pestañas.

Red que se llena de luceros
cuando la tiras en el agua.
Guarda el reposo de tus párpados
que allí esta el sueño de mi infante.

Y no te canses de mirarme
que mi pequeño esta mirando
con esa luz de tu mirada.

Enhebra el hilo de tu canto
para sentir que está cantando
la voz del hijo entre tu voz,
como burbuja de los peces
entre los círculos del agua.

Cuando caminas me parece
que el hijo avanza con tus pasos,
y si te quedas detenida,
entonces pienso que es el hijo
el que se para con tus plantas.

Si vas en busca de los soles
del mediodía delirante,
pienso que el hijo de mi alma
se esta acercando lentamente
a la candela de una lámpara.

Tú eres la rama que sostiene
el alto fruto de mi carne,
y eres la vena que da música
al corazón de mi pequeño
que esta perdido en la distancia.

Las golondrinas que tú sueñas
rayan el cielo de mi infante,
y vas cantando por la tierra
mientras el hijo va cantando
por los caminos de tu sangre.

Vía | Poemas de Amor y Amistad
Foto | Hazte oir