Poema: Botoncito

Poema: Botoncito

Escrito por: Sacra    2 noviembre 2011     1 minuto

Poesía de Gabriela Mistral para los más pequeños

Uno de los referentes poéticos más importantes dentro de la poesía infantil fue Gabriela Mistral. Dedicada al magisterio durante muchísimos años, la excelente poeta, ganadora de un Premio Nobel, consiguió llegar al corazón de los más pequeños a través de unas palabras sencillas, cercanas y llenas de sensibilidad.

Jugando con las nanas o los poemas que insinúan canciones, esta chilena universal, nos llena el corazón de evocadores sentimientos que nos remontan hacia aquellos paisajes de nuestra infancia. Por eso siguen estando presentes a pesar del tiempo transcurrido. De ella ya hemos conocido otras composiciones como: Caricia, Manitas o Apegado a mí, una hermosa canción de cuna que sigue vigente a lo largo de nuestra historia.

Hoy os dejo aquí otro de sus poemas dedicados a los niños. Veréis como se trata de un juego lírico en el que la autora, con singular maestría, consigue crear un concepto lleno de estímulos con los que envolver a nuestro bebé, tal como si fuera una canción sólo apta para corazones sensibles.

BOTONCITO

Yo tenía un botoncito
aquí, junto al corazón.
Era blanco y pequeñito
como el grano del arroz.

De la luz lo defendía
en la hora del calor.
Yo tenía un botoncito
apegado al corazón.

Fue creciendo, fue creciendo
y mi sombra la pasó.
Fue tan alto como un árbol
y su frente como el sol.

Fue creciendo, fue creciendo
y el regazo me llenó;
y se fue por los caminos
como arroyo cantador

Lo he perdido, y así canto
por mecerme mi dolor:
«¡Yo tenía un botoncito
apegado al corazón!»

Poema | Gabriela Mistral
Foto | Confecciones Jayde


un comentario

  1. Julio César serna penagos dice:

    Respecto al botoncito tengo 54 años h alguna vez repito alguna estrofa de la bella poesía, pero algo le falta de letra porque di no lo recuerdo mucho en alguna parte habla de, el estanque copia todo lo que tu mirando estas pero tu dn las niñas tienes a tu hijito y nada más, los ojitos que me diste me los tengo que gastar en seguirte por los valles por el cielo y por el mar, sencillamente preciosa, gracias Gabriela