No sin mi bebé

No sin mi bebé

Escrito por: Alina    29 diciembre 2008     2 minutos

En los últimos días, tengo un sueño recurrente, bueno, más bien una pesadilla: me cambian al niño en el hospital y no de pañales, sino por otro niño. Sé que es bastante complicado, por no decir imposible, sobre todo, con la implantación del documento de Identificación Sanitaria Materno Filial que desde el año 2000 existe en los centros hospitalarios españoles.

Como eso no hace que se me quite el “no se qué, que se yo”, mi marido ya tiene una misión: no separarse del niño para nada (siempre y cuando nuestro bebé esté en perfectas condiciones). Me encargaría yo misma de la misión, pero como no sé en qué condiciones voy a estar (si es por cesárea, tendré que estar en una sala de recuperación….), pues será el papá el que tenga que estar más atento.

Antes, lo de estar con el bebé nada más nacer, era imposible, directamente nos llevaban al nido y las mamás no podían disfrutar de su criaturita hasta que los médicos y las enfermeras lo decidían. Ahora, los protocolos han cambiado.

Se ha comprobado de la importancia del contacto entre la madre y el bebé desde el primer momento (incluso si nace por cesárea, lo primero que hacen es darte al niño), algo que dificulta que te lo puedan cambiar, porque si no está con un progenitor está con otro. Además, le miras a la cara y te fijas bien en sus rasgos (y ya empiezas a buscarle el parecido).

Además, hay una serie de medidas identificativas. En primer lugar, se coloca una pulsera en el tobillo o en la muñeca del recién nacido donde aparece el nombre de la madre, el día, el sexo del bebé, etc.

A esto se suma que en el documento para la Declaración de Nacimiento al Registro Civil se han incorporado dos cuadros donde se recogen las huellas dactilares del bebé y de la madre.

Y luego como decía está la Identificación Sanitaria Materno Infantil que desde el año 2000 está implantada en toda la red nacional de salud. Es un documento emitido por la Fábrica de Moneda y Timbre donde se inscriben todos los datos de la madre y del bebé, junto con las huellas dactilares de ambos. Una de las copias se las queda el hospital y otra los padres.

Foto | La Voz de Galicia – José Huesca