No pego ojo ni contando ovejitas

No pego ojo ni contando ovejitas

Escrito por: Alina    18 diciembre 2008     2 minutos

¡Qué mal duermo por las noches! Entre que la tripa cada vez es más grande, que mi cabeza no para de dar vueltas y que me levanto cada dos por tres para ir al baño, la noches se están convirtiendo en una pesadilla.

Además, un día sí y otro también o se me duerme una mano o noto calambres en las piernas o directamente mi bebé decide despertarse conmigo y estar muy activo. He preguntado y me dicen que todo esto es normal. Claro, que si no puedo dormir ahora y luego cuando nazca el bebé tampoco, …

Me han dicho que lo principal es no estresarse y tomarse las cosas con calma y que si te desvelas trates de no ponerte más nerviosa, porque entonces sí que perderás definitivamente el sueño. En los últimos días estoy llevando esto a la práctica y en vez de desesperarme, si veo que llevo un rato y no me duermo, pues me levanto.

Me viene bien tomarme algo calentito para que el sueño vuelva (un vaso de leche o una infusión) y si se me abre el apetito, pues me tomo algo para llenar un poco el estómago. Hecho esto, espero un poco y leo (y para mí esto es mano de santo porque suelo coger el típico libro que no leerías nada más que para dormir,…).

Al volver a la cama, estoy rendida y ahí es cuando vuelvo a coger la postura y a soñar con los angelitos o con mi bebé. Si no da resultado, pues recupero a la hora de la siesta (aunque trato de reposar y no recostarme después de recién comida porque entonces el problema llegar con la acidez de estómago). Y es que, después de comer, entra un no se qué, qué se yo que hace que puedas dormir tan a gusto.