Con las mamás japonesas en el corazón

Cuando la naturaleza muestra su fuerza como sucedió ayer en Japón, el del año pasado en Chile y en tantas ocasiones, Haiti, Italia, Indonesia, Nueva Orleans… yo no puedo evitar pensar en las madres, aunque imagino que los padres vivirán lo mismo. Pienso en todas a las que les ha pillado trabajando mientras sus niños están en la guardería o el cole, en las que les esperan en casa, las que han ido a comprar y les han dejado con los abuelos o cualquiera que no esté en ese terrible momento con sus pequeños. Debe ser una de las sensaciones más terrorfícas que se pueden sentir.

Cuando muestran imágenes de calles impracticables, carreteras cortadas y además sin comunicación telefónica, no puedo evitar pensar en ellas. Me traslado mentalmente a ese lugar y creo que me volvería loca sin saber si mis niños están bien e incluso sabiéndo que sí, sin poder estar con ellos. Una de las fotografías que han mostrado los telediarios es un colegio con un SOS pintado en el suelo. Lógicamente lo primero es pensar en los niños que están dentro, pero ¿cómo estarán sus padres? .

Claro que para los que sí estaban con sus hijos también debe ser espeluznante. Cada uno reacciona como puede en una situación de pánico, pero generalmente, por instinto se tiende a proteger a los pequeños. Los que hayan podido quizá no sean conscientes de su buena suerte. Los que no hayan podido protegerles tendrán un doble dolor el resto de su vida, su pérdida y la duda de si podrían haber hecho más.

Las mamás que han pasado o están pasando por todo esto, las que después del desastre tienen que buscar la forma de seguir protegiéndoles, cobijandoles y alimentandoles, están en mi mente y en mi corazón. Ojalá sirviera de algo enviarles ánimos y fuerza. Ojalá encuentren ayuda para sus niños y para ellas.

Foto | Gente Activa

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