Los hijos de mamás estresadas antes del embarazo duermen peor

Los hijos de mamás estresadas antes del embarazo duermen peor

Escrito por: Mónica M. Bernardo    2 abril 2009     2 minutos

El bebé cuya madre ha sufrido estrés psicológico y ansiedad antes de la gestáción tiene un 23 por ciento más de posibilidades de tener un sueño alterado y de mala calidad a los seis meses de vida. Porcentaje que se reduce sólo a 22 cuando cumplen un año. Así se desprende de un estudio científico publicado en la revista científica Sleep.

De hecho estos resultados, según dicen los autores de la investigación, son consistentes con la hipótesis que se mantenía de que la ansiedad y la depresión en la madre predisponen al niño a tener alteraciones y problemas del sueño durante su infancia. Trastornos que terminan afectando también al sueño de los padres.

Estos resultados cobran más importancia cuando se tiene en cuenta que los investigadores descartaron que otros factores como compartir cama, el nivel educativo materno, el consumo de tabaco y alcohol durante el embarazo y de la lactancia alteraran el resultado.

La investigación se realizó en Southampton (Reino Unido) sobre una población de 874 mujeres embarazadas entre los 20 y los 34 años. Todas ellas fueron evaluadas previamente para conocer sus problemas de ansiedad y depresión. Del total, un 29 por ciento padecían alguno de ellos.

Tras dar a luz, los investigadores evaluaron las veces que se despertaba los bebés de todas ellas a los seis meses de vida y una vez que habían cumplido el primer año. Para ello preguntaron a las madres por las interrupciones de sueño de los niños entre las 12 de la noche y las seis de la mañana, durante un periodo de dos semanas en cada ocasión.

Los resultados arrojados concluyeron que el 52 por ciento de los niños de madres con ansiedad antes de la concepción se despertó al menos una vez a los seis meses, frente al 43 por ciento de los demás bebés. Asimismo, un 46 por ciento lo hizo a los doce meses frente a un 36 por ciento.

Es importante recordar que un buen sueño reparador influye en la capacidad de aprendizaje del niño, en su salud y en la calidad de vida de toda la familia.

Vía | El Mundo