Londres prohíbe un anuncio de una monja embarazada

El viaje del Papa, Benedicto XVI, al Reino Unido ha tenido consecuencias antes incluso de la llegada del Pontífice. El problema se originó después de que una firma italiana de helados decidiera empapelar la fachada de la abadía de Westminster con carteles en los que figuraba una monja embaraza.

Ante tal despecho, las autoridades británicas de regulación de la publicidad prohibieron la difusión del anuncio al tiempo que se ordenaba la limpieza de la iglesia. «Concebido inmaculadamente» dice el anuncio de helados Antonio Federici. Y con este cartel (el de la imagen de arriba) y otro de una monja en actitud más que atrevida con un chulazo con alzacuello y rosario, la firma responsable daba el cante.

Responsables de la iglesia católica adelantaron que el anuncio era una «completa degradación» mientras alarmaban de la pérdida de moralidad en el país inglés. De hecho, no han tardado en aplaudir la decisión de prohibir su exposición pública. Sin embargo, el anuncio no sólo ha sido criticado por los católicos, sino que muchos ciudadanos han expresado su malestar ante este tipo de publicidad.

Por su parte los creadores del anuncio mantiene su interés por «cuestionar, a través de la sátira y el humor, la hipocresía de la religión y la actitud de la Iglesia ante las cuestiones sociales». La empresa que comercializa los helados además dice que le ampara la libertad de expresión mientras considera que las críticas vienen de una parte muy pequeña de la sociedad que no representa a la mayoría.

Vosotros qué opinión tenéis al respecto. Pensáis que es un ataque directo a las personas que creen en la Iglesia o, por contra, consideráis que no hacen ningún mal ni provocan a nadie con este tipo de publicidad, más allá de su interés por llamar la atención que es el objetivo prioritario de un anuncio.

Vía | El Periódico

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