La leyenda de las calabazas de Halloween (II)

La leyenda de las calabazas de Halloween (II)

Escrito por: Mónica M. Bernardo    14 octubre 2009     2 minutos

Como decíamos ayer, la leyenda sobre las calabazas de Halloween proviene, al igual que la historia de la festividad, del pueblo celta. Ellos creían que este día los difuntos y todo tipo de entes vagaban por la tierra asutando a los vivos.

Continuando con la fábula, recordaréis que el malvado granjero negociaba con el demonio en el último minuto para evitar que se lo llevara al infierno para pagar por todos sus pecados. El último trato hecho con el diablo consistía en permanecer otros diez años de libertad.

Sin embargo, antes de que se cumpliera la fecha, Jack murió de viejo pero no pudo entrar en el cielo por ser tan malo, ni tampoco en el infierno dado su trato con Satanás, así que se vio obligado a vagar entre los muertos y los vivos acompañado de un nabo hueco con carbón ardiendo como única luz. Con el tiempo el granjero fue conocido como Jack el de la Linterna (Jack of the Lantern, luego Jack O’Lantern, en inglés).

De ahí que la noche de los difuntos, los celtas encendieran nabos huecos para señalar el camino a los espíritus esa noche. Cuando los irlandeses se llevaron sus tradiciones a Estados Unidos sustituyeron los nabos por calabazas, más fáciles de encontrar allí y con más posibilidades para tallarlas e introducirles la luz.

Lo cierto es que las calabazas se han convertido en uno de los principales elementos de Halloween. son los elementos decorativos, se preparan deliciosas recetas con esta hortaliza, son disfraces originales, y un sinfín de recursos más.

Jack O’Lantern también dio origen al famoso «truco o trato» tan popular al otro lado del charco, puesto que el día de Halloween es cuando el granjero viene a la tierra y les hace esta proposición a los vivos. La mayoría apuesta por el trato ya que creen que no es posible fiarse de ningún truco de este malvado.

En España, pese a que las fiestas de disfraces de Halloween son cada vez más populares, aún no hemos importado la tradición del truco o trato, aunque supongo que como otras muchas cosas es cuestión de tiempo. Al menos está bien que los niños sepan de dónde proviene la historia.

Foto | Truchillas