La Dieta del Semáforo también para los niños

La alimentación es fundamental para el desarrollo de nuestros niños. Es por ello que tenemos que educarlos, al igual que en otras materias, también en una buena nutrición. Hacerles ver las bondades de los alimentos y poner ciertos límites en aquellos que no son especialmente beneficiosos, es otra de las obligaciones que entran en nuestra tarea como padres, siempre sin olvidar que el ejemplo, siempre, es la más certera enseñanza.

Dentro de esa educación alimentaria que ofrecemos a nuestros niños podemos apoyarnos en la conocida como Dieta del Semáforo. Evidentemente no estamos hablando de una dieta de adelgazamiento, ya que en nuestros bebés resulta totalmente contraproducente, es más una forma de clasificar y distinguir aquellos alimentos que les benefician más, en el caso de que nuestro bebé sufra sobrepeso, siguiendo las mismas pautas de un semáforo: verde, permitido; naranja, con cuidado; y rojo, prohibido.

Es importante que nuestro pequeño lleve una alimentación equilibrada y en el que se encuentren todos los tipos de nutrientes, pero también debemos saber cuáles son aquellos que le aportan energía y salud, y los que no sólo no le benefician, sino que le restan salubridad. No debemos olvidar que la obesidad infantil sigue siendo uno de los más graves problemas sanitarios de la actualidad.

Y precisamente para evitar o paliar la obesidad, siempre guiados por los consejos de nuestro pediatra, podemos seguir la conocida dieta del semáforo.

• Alimentos verdes (totalmente permitidos): verdura, fruta fresca que no esté muy madura, y agua natural.
• Alimentos naranjas (con moderación): pan, pasta, arroz, legumbres, patatas, aceites, lácteos, huevos, frutos secos, pescados y carnes.
• Alimentos rojos (prohibidos): cereales azucarados, lácteos enteros, quesos grasos, embutidos, carne de cerdo, cordero, dulces, bollería, chocolate, helados y bebidas azucaradas.

Vía | Ser Padres
Foto | Carrusel

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