Consejos para enseñar al bebé a usar el orinal

Consejos para enseñar al bebé a usar el orinal

Escrito por: Sacra    7 mayo 2015     2 minutos

Ahora que ya se acerca el buen tiempo, puede ser el momento ideal para empezar a hacernos la idea de quitarle el pañal a nuestro bebé. Suele ser un paso decisivo en su desarrollo, por lo que no todos lo aceptan de igual modo, así que lo mejor será revestirse de paciencia e intentar hacer que se convierta en un juego, con el fin de que resulte lo más fácil posible y menos doloroso para el pequeño.

Lo primero que tenemos que tener en cuenta es si nuestro pequeño está preparado para ello. Debe andar solo y sin ayuda; es capaz de atender a las órdenes que le damos y su vejiga ya la va controlando, es decir, hace pis de mayor cantidad y con más tiempo entre uno y otro. Estas señales nos indicarán que el peque está preparado para abandonar el pañal.

Si estamos pasando por un proceso de cambio: traslado de domicilio, separación… o acaba de llegar un hermanito, comienza la guardería o ha pasado una enfermedad, mejor esperar a más adelante, más cambios en estos momentos le resultan contraproducentes y, posiblemente, no lo consigamos. Es necesario que el niño se encuentre en un ambiente estable y propicio para ello.

Deja que te acompañe al baño mientras haces tus necesidades. La imitación es una de las claves que nuestros peques utilizan en su desarrollo. No en vano, según los expertos, los bebés que tienen hermanos mayores les cuesta menos desprenderse de los pañales.

Busca un orinal que sea adecuado a su talla. Es necesario que sea firme y sólido para que el niño se sienta seguro. Debes sentarlo pasada una media hora después de cada comida y entre dos y tres horas durante el resto del día. No le dejes sentado más de diez minutos y acompáñalo pero sin distracciones como juguetes u otros elementos. Otro método puede ser sentarlo después de que haya mojado el pañal, así relacionará el pis con el uso del orinal.

Y, sobre todo, ten mucha paciencia, no te enfades y no le regañes ni grites. Cada pequeño lleva su propio proceso. Dale muchos abrazos y besos, y felicítale por sus logros, por mínimos que sean.

Vía | Consumer
Foto | Petetes


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