Cambios en la alimentación

Cambios en la alimentación

Escrito por: Leticia   @leticiadelpino    16 junio 2009     2 minutos

Al enterarnos de que estaos embarazadas, una de las primeras precauciones que tomamos está relacionada con nuestra alimentación. Ponemos especial énfasis en que comer y si los hábitos alimentarios que veníamos llevando son realmente los correctos. Como todas sabemos los alimentos que comamos tendrán directa implicancia sobre nuestro bebé.

La gestación aumenta las necesidades energéticas, pero no se trata de comer más sino de cambiar los hábitos de la alimentación y así poderme proporcionar al organismo los nutrientes esenciales para la buena salud de la madre y del niño.

Una dieta equilibrada debe contener:
4 ó 5 porciones de carbohidratos (papas y cereales, arroz, pastas)
5 ó 6 porciones de frutas o verduras
2 porciones de proteínas (carne, pesado, huevos, legumbres, frutas secas)
3 ó 4 porciones de leche o derivados

Es normal, que durante este período te des cuenta que tus gustos han cambiado, en lo que se refiere a los alimentos. Esto esta relacionado a las variaciones de la sensibilidad gustativa. La razón, contrariamente a lo que se piensa, no es psicológica, sino hormonal. Estas preferencias no tienen importancia si no alteran la dieta variada y equilibrada. La alimentación es algo muy serio y no debe estar dirigido por las apetencias puntuales. Además, a esto cambios, debemos agregarle la existencia de nauseas que aparecerán cada tanto, sobre todo las nauseas matinales. Para ello es bueno que desayunes en la cama, de esta forma los alimentos se asentaran en tu estomago.

Si tu médico ha decidió prescribirte un suplemento dietario es bueno que le hagas caso. Esto generalmente se hace ante la duda de que este asimilando en forma correcta el ácido fólico y yodo para así poder asegurar el correcto desarrollo del bebé. El yodo es necesario para que los órganos del futuro bebe (sobre todo el cerebro) crezcan y maduren en forma adecuada. Y el hierro y el calcio son prescriptos si se observa carencia de los mismos.

Fuente | Saber Vivir