Las caídas y la sobreprotección

Las caídas y la sobreprotección

Escrito por: Leticia   @leticiadelpino    24 junio 2009     1 minuto

Cuando se da un traspié se nos paraliza el corazón y peor aun si se cae de bruces. Somos las primeras que corren a levantarlo. Proteger nuestro hijo es un instinto innato y tener miedo de que se haga daño es de lo más lógico.
A pesar de eso, los padres tienden a la sobreprotección y limitan en extremo y constantemente el campo de actuación de su bebe para evitar por todos los medios que se enferme o se lastime hasta en los actos más cotidianos.

Nadie discute que los niños necesiten de un cuidado más constante, porque hay cosas que aún no logra controlar y no conoce el peligro. Por eso es importante que estemos alerta para evitar que se haga daño ante un riesgo evidente, pero sin ponerle límites a todo lo que vayan a hacer lanzándole cada dos minutos mensajes negativos del tipo: “Te vas a lastimar”, “Cuidado”, “Eso es peligroso”, etc. Es mucho mejor hacerlos sentir que se vale por su cuenta sin inhibir su iniciativa y que no piense en forma continua que lo que va a hacer es peligroso.

En muchas ocasiones cuando un niño se cae y no se hace un daño considerable, inmediatamente mira a su madre para saber si tiene que llorar o no. Si corremos en su auxilio con cara de pánico cometemos dos errores: darle una importancia que no tiene y no dejar que el pequeño se recupere solo. Si le sonreímos y le decimos: “adelante campeón”, se levantará y seguirá como si nada. La próxima vez que se caiga seguramente ni nos mirará, se caerá, se levantará y continuará con su juego.

Fuente | Saber Vivir