Azúcar y abrazos de mamá alivian el dolor del bebé

Azúcar y abrazos de mamá alivian el dolor del bebé

Escrito por: Mónica M. Bernardo    15 diciembre 2009     2 minutos

en su última edición. Y no estamos hablando de una cucharadita de azúcar sin más, sino de una inyección de dextrosa seguida del contacto íntimo, piel con piel con su mamá.

Se trata del mayor estudio realizado hasta el momento sobre el dolor que pueden sufrir los recién nacidos. La metodología seguida por el equipo de investigadores que han participado en el estudio fue la siguiente. Se dividieron al azar a 640 bebés que acababan de nacer en cuatro grupos homogéneos que fueron recibiendo diferente tratamiento para combatir el dolor.

Uno de los grupos de neonatos recibió medicación analgésica, otro fue tratado con inyecciones de dextrosa o agua azucarada en la lengua. Los bebés del tercer grupo recibieron el contacto piel con piel con piel con sus respectivas madres, y el cuarto grupo tuvo la dextrosa más el contacto de las madres.

A partir de ahí, el grupo de científicos involucrados en el proyecto midieron los niveles de dolor de los pequeños mediante indicadores estandarizados de dolor como son las respuestas faciales de los pequeños, la duración de su llanto y la frecuencia cardíaca de cada niño. Todo ello durante y después de una vacunación de rutina.

Los resultados no se hicieron esperar. Los recién nacidos que recibieron la cucharada de dextrosa más el abrazo de su madre, dos minutos antes del pinchazo redujeron significativamente el nivel de dolor respecto del resto de los bebés que recibieron otro tipo de consuelo como la medicación analgésica o el único contacto con su mamá.

El hecho de que las madres tengan a sus hijos en brazos mientras la enfermera dispone lo necesario para la vacuna también influye en la reducción del dolor. Es decir, que ellas y no otras personas, logran reducir el dolor de sus bebés.

En palabras de la doctora Diane Holditch-Davis, profesora de la Escuela de Enfermería de la Universidad de Duke (Estados Unidos), los niños no responde a las técnicas de distracción y reducción del estrés que funcionan en los adultos, por eso se buscaron otras alternativas.

Vía | Público
Foto | 123RF