Algunos trucos para que tu hijo coma huevo

Algunos trucos para que tu hijo coma huevo

Escrito por: Mónica M. Bernardo    14 febrero 2010     3 minutos

Leía el otro día en un foro a una mamá que está desesperada porque su hijo de dos años no quiere comer el huevo cocido, pese a que su pediatra le ha recomendado que ya es hora de que introduzca ese alimento en la dieta de su pequeño. Es cierto que iniciar la alimentación sólida del bebé puede resultar un poco complicado. Ya sabemos que todos los inicios son un poco difíciles.

Sin embargo, son importantes dos constantes : armarnos de paciencia e intentarlo un día y otro, y dejar fluir la imaginación para que la comida les resulte algo divertido y se animen a probar cosas nuevas, a comer de todo y a desenvolverse en la mesa ellos solitos. Para esta segunda parte, os dejamos una serie de consejos para introducir el huevo en su alimentación.

Como ya os hemos comentado, el huevo es uno de los alimentos más importantes por sus cualidades nutricionales. Los nutricionistas recomiendan que un niño ingiera entre tres y cuatro huevos a la semana por lo que es importante que lo cocinemos de diferentes maneras para que no se aburran. Aquí van algunos consejos:

  • Aunque el huevo no se les debe dar de comer hasta que tienen un año, los pediatras recomiendan ofrecer la yema de huevo cocida o sancochada a partir de los nueve meses. Si ves que le resulta difícil de comer por su textura, siempre puedes machacarla y mezclársela con el puré, paillas, o sólo con agua o un poco de leche. Es importante que primero empieces con un cuarto de yema, después con media y así sucesivamente.
  • La tortilla es la forma más habitual y más socorrida para los niños pequeños. Podéis empezar con la tortilla francesa e ir introduciéndole diferentes alimentos: jamón cocido, queso, atún, patata… ¡Advertencia! casi todos los niños, al principio suelen rechazarla, quizá por su textura, pero al final es una de las comidas que comen más agusto.
  • Otra manera de introducir el huevo en la comida de tu bebé es en sabrosas croquetas o en empanadillas. Puedes comprarlas hechas o hacerlas tu misma echándole trocitos de huevo cocido a la bechamel para las croquetas o (también cocido) mezclado con atún y tomate para las empanadillas.
  • Los huevos rellenos son otra solución. Cueces los huevos, les sacas la yema y la machacas junto con tomate y atún y rellenas la clara con la mezcla. Si tampoco quiere comer así la clara, puedes hacer patatas o tomates rellenos, añadiéndole a la clara triturada a la mezcla anterior.
  • Otra fórmula para dárselo a los más pequeños es batido y mezclado con leche. Podéis batir sólo la yema, sólo la clara o todo el huevo en su conjunto. No obstante, lo dejamos como última opción porque aunque se puede comer crudo, es recomendable cocinarlo porque se asimila mejor y se previene el contraer algunas bacterias que pudiera tener.

Aunque en la dieta mediterránea los huevos más populares son los de gallina de corral, cada vez con más frecuencia podemos encontrar en los supermercados huevos de codorniz y de avestruz que también podéis utilizar. Uno de gallina equivale a cinco de codorniz.