Mientras nuestro bebé va en su carrito o en su silla de paseo todo está perfecto, nosotras controlamos sus movimientos y, puesto que no existen pasos autónomos, la tranquilidad está asegurada. La cosa se complica en cuanto nuestro pequeño quiere recorrer por sí mismo el centro comercial, el mercado o el parque de atracciones. Aunque primero irá bien contento de nuestra mano, sabiéndose seguro, pronto querrá experimentar por su cuenta. Un descuido entonces puede suponer un tiempo de angustia que podemos evitar si hemos tenido alguna precaución antes. Aquí te ofrecemos algunos ejemplos que pueden ir desde los más caseros a los de última "generación".
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