Usain Bolt nació con escoliosis que le provoca cojera

Usain Bolt nació con escoliosis que le provoca cojera

Escrito por: Sandra    7 agosto 2012     2 minutos

Si hace unos días hablábamos del mejor nadador del mundo Michael Phelps y su problema de TDAH, hoy tenemos que hablar de otro ejemplo de superación, el de Usain Bolt. Este showman de las carreras de 100 metros que ha vuelto a fulminar a todos sus rivales con su marca, nació con escoliosis.

La escoliosis es una desviación de la columna, si viesemos una radiografia de pacientes con esta enfermedad en vez de ver una linea recta encontrariamos una columna con forma de «S» o de «C». La escoliosis puede ser congénita (de nacimiento), idiopática (se produce durante la niñez o la adolescencia) o neuromuscular (como consecuencia de otra enfermedad como la parálisis cerebral o la espina bífida).

En el caso de Usain Bolt la escoliosis no le fue detectada hasta los dieciocho años. Nació siendo un bebé completamente normal, creció fuerte y rápido por lo que nadie podía imaginar su debilidad. Cuando empezó a entrenar fueron frecuentes las lesiones lo que hizo que el actual plusmarquista se reprimiera relacionando el esfuerzo con dolorosas lesiones. De hecho, tras su primera aparición en unos juegos olímpicos (Atenas 2004) donde quedó eliminado se vino abajo avergonzado.

Fue a partir de entonces cuando cambió de entrenador, Glen Mills, el entrenador de los milagros, ya que consiguió convertir a un bajito (Kim Collins) en uno de los mejores velocistas. De la mano de este nuevo entrenador, Usain Bolt conoció a un reconocido doctor alemán. Este fue el que le diagnosticó su problema, debido a la escoliosis Usain era cojo. Una cojera invisible de 1,5 centímetros de diferencia entre una pierna y otra.

Tras el diagnóstico, Usain se dedicó a ejercitar la parte débil de su cuerpo con abdominales y ejercicos que le ayudaron a fortalecer sus músculos controlando así futuras lesiones. Tres años después batió todas las marcas de 100, 200 y 4 por 100 en Pekín 2008. Sin embargo, los especialistas no le auguran una larga carrera ya que creen que su enfermedad acabará provocándole achaques que le impedirán seguir batiendo marcas. Aún así el milagro está hecho, un grandullon de 1,96 metros y cojo que acaricia volando las pistas de atletismo.

Vía | Abc
Foto | Flickr-Thor_Matt83