Tricotilomanía o la obsesión por arrancarse el pelo

Tricotilomanía o la obsesión por arrancarse el pelo

Escrito por: Sacra    11 marzo 2011     2 minutos

Puede que alguna vez hayas sorprendido a tu niño dándose tirones del pelo de forma casi convulsiva, sobre todo cuando se encuentra aburrido o en un momento de esos en los que se le incita a la relajación. Aunque pudiera alarmarte, piensa que es reversible en la mayoría de los casos. Se trata de un comportamiento nervioso o tic como aquel que se muerde las uñas o se chupa el pulgar más allá de la edad propia de estas manías.

Es importante que observes la frecuencia con la que lo realiza y en los momentos en los que lo hace, ello te llevará a saber si se trata de una rareza pasajera o si debes insistir en corregir esa fea manía. Generalmente si tu bebé es menor de dos años, será sólo un tic temporal que pasará con el tiempo sin mayores consecuencias, pero a partir de esa edad ya debemos preocuparnos, sobre todo para corregírselo antes de que entre en la escuela infantil.

Una vez que el niño empieza a ampliar su círculo social en la guardería o primera escuela, se inicia el proceso de autoconfianza que le lleva a relacionarse con el resto del mundo. Estas pequeñas manías o tics nerviosos pueden provocarle, entonces, un especial sufrimiento que le haga apartarse del resto debido a las burlas que reciba de los demás.

Para poder ayudarle necesitas, sobre todo, paciencia sabiendo que se trata de un proceso que podrá llevar bastante tiempo. Recuerda que no lo hace a propósito, por lo tanto evita enfadarte con él, regañarle y, mucho menos, ponerle en evidencia delante de la gente. No debes olvidar que se trata de un comportamiento nervioso, por lo tanto debes averiguar en qué situación se produce y la forma de evitarla. Ofrécele juguetes que le ayuden a calmarse, la plastilina y las pinturas suelen ser una buena forma de mantenerlo tranquilo.

Y siempre, cada vez que notes que no lo hace, felicítale y muéstrale tu alegría, así se dará cuenta de lo importante que es abandonar este feo hábito.

Vía | Charhadas
Foto | Rincón psicología