Los testículos de mi bebé tienen movimiento propio

Los testículos de mi bebé tienen movimiento propio

Escrito por: Sacra    19 marzo 2010     2 minutos

No es nada extraño que, durante los primeros meses de vida de nuestro bebé, sus testículos tengan una movilidad especial. Se trata de una forma de respuesta ante ciertos estímulos: caricias, cambios de temperatura o situaciones de nerviosismo. Lejos de lo que nos pudiera parecer, no se trata de un problema de salud y, en principio, no necesita de ningún tipo de tratamiento, por lo que se le suele corregir alrededor de los seis meses.

Esto es debido a que no tienen una fijación adecuada en la bolsa escrotal, al mismo tiempo que el reflejo cremastérico, excesivamente desarrollado. Este reflejo es el que se produce al tocar o manipular la parte interna y superior del muslo, creando un estímulo que, en este caso, produce el ascenso del testículo hasta, a veces, la zona de la ingle.

Aunque se desconocen las causas de esta movilidad, sí que existen unos determinados momentos en los que el bebé reacciona. Se ha observado que durante el cambio del pañal al notar el frío o en estados en los que el pequeño se sienta especialmente nervioso. Con el calor y la tranquilidad, en cambio, el escroto se mantiene más relajado y los testículos se mantienen en su sitio. Es por eso que ante la visita al pediatra, con sus múltiples manipulaciones, es el momento adecuado para observarlo con toda claridad, algo que nos va a venir estupendamente para la valoración del doctor.

Y es que, aunque ya hemos comentado que, por regla general, esta anomalía no tiene mayores consecuencias no hay que obviarla ya que podemos encontrarnos ante una criptorquidia. En esta ocasión se trata del no descenso total de los testículos hasta la bolsa escrotal, es decir que están alojados en el abdomen sin tener ningún tipo de movilidad, por lo que, si al sexto mes no le ha descendido, será el pediatra el que decida si debe seguir un tratamiento hormonal o una pequeña intervención quirúrgica a fin de normalizarlo.

Vía | Crecer Feliz
Foto | El nene no me come