Con la llegada de un niño a casa son muchas las cosas que van a cambiar en nuestra rutina. Nosotros dejamos de ser el centro de nuestra vida para tener que entregarnos a ese nuevo ser que, al menos durante los primeros años, nos va a necesitar en todo momento. De sus cuidados y educación somos responsables, algo que nos traerá más de un desvelo.
El embarazo nos trae muchas alegrías pero también muchos cambios en el organismo. Es normal que durante la etapa de gestación el insomnio se incremente notablemente. Hoy te brindaremos algunos consejos para que puedas descansar bien y que conozcas los motivos que generan ese sueño durante todo el día.
Conforme se va adelantando el embarazo cada vez encontramos más dificultades a la hora de manejar nuestro cuerpo. Agacharnos, subir una escalera o hacer ciertos ejercicios que antes nos parecían de lo más normal, ahora se convierten en toda una odisea. No podemos obviar que nuestra barriga, al menos al final del tercer trimestre, es como un mascarón de proa que va oteando el horizonte mucho más allá de que nos llegue, incluso, la vista. Los espacios, los volúmenes y las distancias, pasan a ser conceptos, casi, imaginarios.
Seguro que mirando a tu bebé recién nacido mientras duerme, te has dejado llevar por el pensamiento de si hay algo que habita ya en su mente. Según los estudios científicos que se realizan en torno al mundo del sueño, los seres humanos soñamos todo aquello que vamos viviendo, sintiendo y que no sabemos o podemos exteriorizar. Es así como los miedos y temores toman vía libre mientras dormimos, transformándose en esas desagradables pesadillas.
Una de las necesidades básicas, de todo ser humano, que más se ve afectada con el nacimiento de un bebé es la del sueño. Por bien que nos organicemos, que intentemos seguir ciertos consejos o que intentemos delegar en los otros ciertas tareas, todo nuestro horario se verá tocado con la llegada de este pequeño despertador continuo que requerirá nuestra presencia casi todas las horas del día. Afortunadamente esta etapa, como casi todas, pasarán para quedarse en un recuerdo, más o menos leve, de la feliz crianza.
Una de las grandes preocupaciones de los padres que acaban de tener a su bebé, especialmente para los primerizos, es el momento del sueño, no tanto por el descontrol que suelen llevar durante las primeras semanas, sino por los pasos a seguir con el fin de cuidar de su seguridad. El monstruo de la muerte súbita, que se produce mientras el niño duerme, se convierte en la gran pesadilla de los padres.
Una de las grandes preocupaciones de los padres, en cuanto el bebé llega a casa, es el del sueño. Dependiendo de la personalidad de cada uno, así nos estará marcando nuestro día a día, no podemos olvidar que de su descanso también depende el nuestro, y no siempre resulta fácil adecuarse a este nuevo ritmo, especialmente si las noches resultan tormentosas.
El pasado 2 de abril se celebro en todo el mundo el Día Internacional del Autismo. Según las últimas cifras que se manejan, alrededor de existen, aproximadamente, un millón y medio de niños y adultos que padecen autismo, lo que viene a significar que uno de cada 150 niños nacen con ello y, en la mayoría de los casos, no se suele identificar hasta pasados los tres años.
El primer síntoma que me ha hecho sospechar que estaba embarazada, cada vez, ha sido el sueño. De pronto antes de comer me entraba un sopor irresistible y se me hacía muy complicado estar despierta. Aunque no siempre el motivo es un embarazo, sí es uno de los síntomas típicos de haber logrado la concepción. De hecho la fatiga es de de los 5 síntomas más comunes junto a las nauseas y vómitos, el exceso de gases, la sensibilidad en el pecho y el sangrado o la sensibilidad en las encías. Ten en cuenta que todos estos síntomas son frecuentes pero no todas las mujeres embarazadas los tienen, ni tendrían porqué tenerlos y, que cada embarazo es único.