Cuando la naturaleza muestra su fuerza como sucedió ayer en Japón, el del año pasado en Chile y en tantas ocasiones, Haiti, Italia, Indonesia, Nueva Orleans... yo no puedo evitar pensar en las madres, aunque imagino que los padres vivirán lo mismo. Pienso en todas a las que les ha pillado trabajando mientras sus niños están en la guardería o el cole, en las que les esperan en casa, las que han ido a comprar y les han dejado con los abuelos o cualquiera que no esté en ese terrible momento con sus pequeños. Debe ser una de las sensaciones más terrorfícas que se pueden sentir.
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