Uno de los errores más normales que cometemos cuando vamos con nuestros pequeños a la playa o a algún sitio donde nos expondremos al sol, es pensar que si nos colocamos debajo de una sombrilla no nos quemaremos.
Parece una afirmación de Perogrullo, pero casi todos los veranos salta la noticia de que un padre o madre se ha olvidado del bebé dentro del coche. Las consecuencias de este despiste pueden ser fatales. En algunos casos se trata de una acción intencionada, el conductor piensa que tardará un segundo en hacer alguna gestión y el niño se queda en su sillita. "Aunque baje las ventanas algunos centímetros, un vehículo tarda apenas 10 minutos en alcanzar una temperatura mortal un día de verano caliente", según la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras (NHTSA).
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