Poema para embarazadas: Gioconda Belli (3)
El acto de escribir un poema es muy parecido al de tener un hijo. Empieza con un irrefrenable deseo de expansión, de gozo infinito, de necesidad vital y milagrosa que te lleva a expandirte, sangre adentro, a través de cataratas inmensas donde la vida rebosa de futuro y esperanza. Luego viene la época de gestación, tranquila, a veces dolorosa, a veces símbolo de temor y, otras, entrando en contacto con el mundo invisible donde ya ponemos cara, sílabas y acentos, a futuro fruto de nuestra propia creación, de nuestro propio amor.