Soy Padre: Mi experiencia con el carrito

Uno de los principales miedos que tenía cuando ví al bebé por primera vez era hacer algún tipo de movimiento que le hiciera daño. La inexperiencia es algo que nos llena de miedos, por lo que podría decir que también me limitó en su día. Cualquier cosa podía (según mis pensamientos) ser grave para el niño. Hasta que me dí cuenta de que solo había que hacer lo necesario de manera exacta.

Por ejemplo, cuando cogí al bebé las primeras veces tenía mucho miedo del cuello. Algo que posteriormente se me fue quitando poco a poco. Sin embargo, poco a poco también llegaba un nuevo problema: los paseos en el carrito. Era necesario saber transportarlo en la herramienta. Llevarlo en el carro incluso por las piedras con el cuidado suficiente para no hacerle daño. Una misión en un principio imposible ¿verdad? Nada más lejos de la realidad, creedme.

Afortunadamente, el carro que compramos es lo suficientemente bueno como para que el niño esté muy cómodo en él, incluso en las peores condiciones. Siendo inexperto ya he pasado por zonas llenas de piedras, baches, escalones e incluso un montón de escaleras. Y todavía no le ha pasado nada. Eso si, hay que seguir una serie de recomendaciones para evitar problemas.

Mi primera experiencia con el carrito no fue complicada para nada. Eso sí, iba muy lento porque creía que cualquier cosa iba a hacer daño al bebé. Poco a poco me fui acostumbrando, sabiendo moverlo con el suficiente cuidado y a la vez la suficiente velocidad como para que todo fuera perfecto. Las recomendaciones que puedo daros son bastante sencillas: al principio, id con mucho cuidado. Seréis vosotros mismos los que os vayáis acostumbrando a su manejo, perfeccionando la técnica.

No penséis que podréis controlarlo bien a la primera. Eso sí, cuanta más experiencia tengáis, mejor será. Al final creeréis que sois los Carlos Sainz de los bebés. De verdad.

Foto | Flirck – Mike Baird

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