Ser el elegido

Ser el elegido

Escrito por: Leticia   @leticiadelpino    8 marzo 2012     2 minutos

Tener hijos preferidos, un tema del que se evita hablar.

Las familias lo niegan hasta el cansancio, nadie quiere admitir tener un hijo preferido, tenerlo que admitir podría dañar la autoestima de los que no salieron tocados por la varita.

Negarlo es entendible, ninguno quiere causarle daño a sus hijos, además seria políticamente incorrecto decirlo anunciar a los cuatro vientos que uno quiere o valora más a un hijo que a otro.

Si alguien anuncia su preferencia inevitablemente es señalado con el dedo, de hecho recientemente una mujer publicó en el sitio web Bable que creía amar a su hijo más que a su niña, incluso publico una foto con el niño y otra señalando cual era la desfavorecida, obviamente los comentarios negativos fueron muchos.

En un estudio realizado en la Universidad de California, por Catalina Conger, profesora de desarrollo humano y comunitario se reunieron a 384 parejas de hermanos y a sus padres. Se consultó acerca de las relaciones y cuando respondían fueron grabados. Se concluyo que el 65 por ciento de las madres y el 70 por ciento de los padres establecieron la preferencia por uno de sus pequeños, normalmente por el mayor.

Frente a una diferencia los niños suelen actuar en consecuencia. Cuando nacen, los hermanos entran en una disputa continua, mediante la cual llaman la atención de los padres, cada uno esta luchando por establecer su identidad y para ello ocupa un lugar determinado, uno será el inteligente, el otro el gracioso, el otro el deportista estrella, etc.

Mostrarles directamente que son los favoritos, puertas adentro de los hogares, pueden generar que los niños tengan más sentido de arrogancia. Y en el caso de los no preferidos pueden sentir que no son dignos del amor de sus padres, lo que afecta directamente su autoestima.

Vía | Time
Foto | Flickr – Nukanari