Las mascotas no son un juguete

Las mascotas no son un juguete

Escrito por: Sacra    21 diciembre 2016     2 minutos

La Navidad es una época muy especial para disfrutar en familia. Además de cerrar un nuevo calendario y dejarnos llevar por esas mágicas tradiciones, también resulta un época en la que los regalos se convierten en los grandes protagonistas. Los niños escriben sus cartas a Papá Noel o los Reyes Magos, en las que piden sus deseos, esos que siempre vienen reflejados en forma de juguetes.

Además de los juguetes de moda o aquellos que resultan específicos para su aprendizaje, siempre nos encontramos con un regalo que resulta constante entre los deseos de los niños año tras año. Se trata de las mascotas. Especialmente los perros y gatos, cuando todavía son unos cachorritos resultan muy atractivos para los niños, y no tan niños. Pero ¿debemos ceder ante sus deseos?

Según los datos que maneja la Fundación Affinity, el 50 por ciento de los niños reconoce que en alguna ocasión han incluido a un animal en sus cartas de deseos navideños. De hecho, más de un 30 por ciento lo consiguieron, sólo impulsados por la emoción de conseguir aquello que deseaban, olvidando la responsabilidad que supone tener un animal en casa al que hay que mantener cuidado y en perfectas condiciones.

Por eso, llegadas estas fechas, la Fundacióon Affinity ha lanzado una campaña con la que concienciar a las familias para advertirles la gran resposabilidad que supone tener una mascota en casa. No hay que olvidar, que los animales no son un juguete, son seres vivos que necesitan de nuestros cuidados durante todas las épocas del año.

Aunque el 98 por ciento de los niños saben que los animales no son un juguete, todavía son demasiado elevadas las cifras de animales, sobre todo perros y gatos, que son abandonados tras las fechas navideñas. Una vez hemos traspasado el momento de la sorpresa inicial, las mascotas se convierten en una carga que pocos son capaces de soportar.

Por eso, lo mejor, es no dejarse llevar por ese primer entusiasmo y ser responsables. Tiene que ser una decisión muy meditada, valorando los pros y contras y debatiendo con la familia el grado de compromiso que todos van a aportar a esta decisión. Y no olvidar nunca que los animales no son un objeto de diversión que, cuando nos cansamos de ellos, los olvidamos en cualquier rincón.

Foto | Mascotas


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