Problemas con el ombligo del recién nacido. Onfalitis y caída tardía

Problemas con el ombligo del recién nacido. Onfalitis y caída tardía

Escrito por: Belén    14 junio 2010     2 minutos

El cordón umbilical, lo que queda de él y que en unos días se convierte en el ombligo, requiere unos cuidados simples pero imprescindibles, para terminar de caerse correctamente. Debe estar limpio, seco y protegido del pipí y otras humedades. Las enfermeras en el hospital te enseñarán a hacer las curas que durarán entre 7 y 15 días hasta que se desprenda. Pero algunas veces, muy pocas proporcionalmente, hay complicaciones.

Una de ellas es que el cordón tarde más tiempo en caer. Si a las tres semanas o un mes no se ha desprendido tienes que consultar con el pediatra. Puede que simplemente vaya a tardar más, que lo estés manteniendo demasiado húmedo o que haya que valorar si el bebé tiene un déficit de la adhesión de los neutrófilos. Son glóbulos blancos cuya misión es la fagocitosis de bacterias y hongos. Si el pediatra cree que ese es el problema, os remitirá a un especialista para que haga pruebas al niño. En otros casos puede ser necesario que el cirujano de un pequeño corte para desprender el cordón. No tiene riesgo ni le dolerá.

Otra complicación, muy rara pero potencialmente grave, es la onfalitis o infección del ombligo. Gracias a la higiene que se mantiene desde el primer día, en los países desarrollados apenas hay casos, afecta a un 0,7 por ciento de los recién nacidos. La cifra aumenta hasta el 2,3 por ciento en los países en desarrollo. Aparece normalmente al tercer día de vida como un enrojecimiento del ombligo, con supuración de un líquido sanguinolento y con mal olor. La piel alrededor puede estar dura. En los casos más graves puede dar fiebre. El riesgo mayor es que la infección se extienda.

Ante el menor síntoma de infección hay que ir al pediatra. Si es leve bastará con llevar unas medidas higiénicas y desinfectantes estrictas y tratamiento con pomada antibiótica. En los casos graves, el bebé tendrá fiebre y se mostrará decaído. Será necesaria el ingreso y el tratamiento hospitalario. Si la infección causa un shock séptico puede provocar la muerte del recién nacido.

El ombligo del recién nacido, requiere, por tanto, que mantengamos una correcta higiene y vigilancia. Se limpia con alcohol de 70 grados y se seca muy bien. Con una gasa limpia se cubre hasta la nueva cura. Esto debe hacerse dos o tres veces diarias, pero lo mejor es seguir los consejos del pediatra.

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Foto | Flickr-Djweso