Peculiaridades de los padres sobreprotectores

Peculiaridades de los padres sobreprotectores

Escrito por: Sacra    24 junio 2014     2 minutos

La línea que separa el cuidado de nuestros hijos con la sobreprotección extrema es tan delgada que, a menudo, podemos caer en sus inefables garras. Es importante ofrecer seguridad y estabilidad a los pequeños, pero intentar envolverlos en una burbuja en la que nada traspase es un grave error. Nuestra misión es, también, prepararlos para la vida y ayudarles a crecer en el equilibrio que esta les ofrece.

Es evidente que los padres que sobreprotegen a sus hijos no lo hacen con mala intención, ni con el propósito de hacerles daño, muy al contrario, es tanto lo que les quieren evitar que las consecuencias pueden ser bastante negativas. Pero ¿sabes cuáles son las peculiaridades especiales que pueden determinar a ese padre víctima de la sobreprotección?

  • Evitan cualquier situación desagradable o que pueda resultar difícil para el niño. Intervienen en una discusión entre niños o se adelantan a resolverle los problemas escolares para evitarles cualquier angustia.
  • No dejan que sus hijos exploren el mundo por sí mismos: no les dejan gatear porque el suelo puede estar sucio, no deben llevarse nada a la boca por miedo a los gérmenes o evitan que nadie les coja por temor a que se les caiga.
  • Su tolerancia es ilimitada ante los caprichos el niño, incluso aunque no sean beneficiosos. En cambio cuando lo que piden es ser más autónomos o libres, se muestran inflexibles, impidiendo que experimenten por sí mismos y que, por lo tanto, empiecen a aprender a través de las equivocaciones.
  • Aunque el niño ya haya aprendido a comer solo, seguirán empeñados en darles ellos mismos. También a la hora de vestirse, peinarse o ir al baño.
  • Cuando otro adulto le pregunta al niño, suelen adelantarse a la respuesta, impidiendo que hable por sí mismo y exprese su opinión.
  • Tapan y justifican todos los errores que cometen sus hijos.
  • Se sienten responsables de todo lo que les sucede a sus hijos: un resfriado o una caída en el parque son motivos suficientes como para sentirse los peores padres del mundo.

Vía | Mamá Psicóloga Infantil
Foto | Simpecado