Olvidado en la guardería

Antes o después la gran mayoría de padres debemos confiar el cuidado de nuestros hijos a perfectos desconocidos. Una cuidadora en casa, la guardería, el colegio e incluso el monitor del autobús escolar. Confiamos en que son profesionales a los que les preocupan los niños por encima de cualquier otra cosa. En la mayoría de los casos es así, pero no dejan de ser personas, falibles por tanto, con sus propios problemas.

En una guardería en Córdoba los responsables se dejaron un bebé de diez meses durmiendo en su cochecito cuando se fueron a casa. La abuela fue como cada día a buscarla y se encontró el centro cerrado. Por una ventana pudo ver a su nieta. Gracias a la policía y los bomberos los padres pudieron entrar y coger a la pequeña, que está perfectamente. Desde el centro han pedido perdón a los padres y están de acuerdo con que tomen las medidas que crean oportunas. La primera ha sido, dejar de llevar allí al bebé.

Todo el mundo, como decía al principio, puede tener un fallo, pero no de este tipo. En los autobuses escolares, los colegios o guarderías, hay que tener controlados a los niños en todo momento. No pueden darse cuenta de que falta uno a la media hora porque puede ocurrir cualquier cosa. De hecho no hace mucho dos pequeños salieron de su escuela y terminaron en una piscina. Hacerlo bien es tan fácil como contar o escribir, no hay despiste posible.

Hay quien afirma que la abuela llegó tarde, aunque así hubiera sido, no es un motivo para olvidar a la nena. Seguramente el verdadero problema es que no hay una sola persona encargada de la salida de los niños, y es más dificil de controlar. En definitiva, aunque entiendo que todo el mundo puede cometer un fallo, para mí el imperdonable es la falta de organización.

Vía | ABC
Foto | Flickr-Jacquelinetinney

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