La mujer que salvó a más de treinta bebés en la China del hijo único

La mujer que salvó a más de treinta bebés en la China del hijo único

Escrito por: Sergio López    5 agosto 2012     2 minutos

Cuando los héroes son una especie que en tiempos actuales sólo se ven en cine, conviene destacar los actos de quienes han hecho el bien por los más pequeños.

Si les hablo de Lou Xiaoying, mujer china de 88 años, evidentemente les dice nada. Pero si les digo que esta mujer, en los últimos cuarenta años, ha salvado la vida de más de treinta bebés depositados en la basura, quizás su historia suene mejor.

Esta mujer, que en la actualidad padece una grave insuficiencia renal, se ha convertido en toda una heroína al impedir que más de treinta recién nacidos no sobrevivieran, abandonados en la basura, fundamentalmente por el sometimiento de las leyes chinas con respecto al tema del hijo único.

Desde que en 1972, Lou rescatara a una niña, encontrada en una de las calles de Jinhua, en la provincia de Zhejiang, ella y su marido han contribuido a la salvación de muchos de ellos, encontrándoles cobijo en hogares de familiares y amigos. Incluso ellos mismos llegaron a mantener a cuatro de los niños rescatados. Sin duda, actos realmente dignos de ser destacados.

El régimen comunista en China obliga a las familias a tener un único hijo desde 1978, con la consiguiente multa o sanción en caso de tenerlo, e incluso obligando a un aborto forzoso en caso de detectado en el momento en que se pueda practicar. Esta política dictatorial, unido a sectores de pobreza en el país oriental, obligan a las familias a desembarazarse de sus hijos en este tipo de casos.

Por eso, la audaz historia de este icono de valentía dentro de la China comunista, nos llena de orgullo, pensando que, algún día, puede ser que estos héroes o heroínas se impongan a determinados sistemas y consigan cambiar las cosas. No hay derecho a jugar con la vida de un bebé, sólo por que lo imponga una ley. En ese sentido, por favor, estamos hablando de una criatura que está en el mundo sin haberlo pedido. Procuremos que sus comienzos sean lo más agradable posible.

Vía | hazteoir.org