Monitorización (II)

Monitorización (II)

Escrito por: Leticia   @leticiadelpino    25 agosto 2009     2 minutos

En este artículo te contaremos más acerca de la monitorización. Recordándote que este es un método que vigila la reacción del futuro bebé ante las contracciones.

¿Qué sucede si hay indicios de que algo no va bien?
Cuando la monitorización nos refleja alteraciones en la frecuencia cardiaca durante una contracción, lo más posible es que en la mitad de los casos el bebé esté bien, pero el obstetra, para estar seguro, puede realizar una prueba complementaria llamada microsoma. Consiste en extraer una gota de sangre de la cabeza del bebé para medir directamente la cantidad de oxigeno que le llega.

Sólo es posible realizarlo si hay una dilatación mínima de 3 ó 4 centímetros y la bolsa de líquido amniótico está rota.

A medidos del siglo XX se pusieron muchas esperanza en la monitorización al final del embarazo, como una forma de detectar los problemas de insuficiencia placentaria.

Existen algunas técnicas complementarias a la monitorización, que se realiza cuando los resultados son dudosos:
Stan

Es un sistema computarizado similar a un electrocardiograma fetal, que mide la frecuencia cardiaca del bebe, pero basándose en unos parámetros diferentes al monitor tradicional. ¿Por qué se usa poco? Es poco usado ya que es invasivo, ya que requiere insertar una pequeña aguja en el cuero cabelludo del bebé. El obstetra debe tener formación especial para poder interpretarlo adecuadamente. Además, no ofrece un diagnostico inmediato.

Pulxiosimetria fetal
Analiza la cantidad de oxigeno que pasa por los capilares sanguíneos de la piel. Este método también es poco usado, ya que es invasivo y caro. Además, el aparato se coloca en la espalda o mejilla de la criatura, por lo que, para poder usarlo, debe existir una dilatación previa del cuello uterino.

Fuente | Ahora Mamá