Lenguaje corporal (IV)

Lenguaje corporal (IV)

Escrito por: Leticia   @leticiadelpino    27 septiembre 2009     2 minutos

Te seguiremos contando que quiere decir nuestro hijo con su cuerpito, por ejemplo, cuando se niega rotundamente a prestar sus juguetes o cuando, al no conocer un lugar no quiere moverse ni entrar.

Puede pasar que en ocasiones nuestro hijo se pare frente a una habitación protegiendo sus juguetes. Y por más que insistamos que debe prestarlos al amigo nuevo y explicarle que no se los va a quitar para siempre sino por un rato, sigue en igual postura. Con esto nos da a entender, que a su manera, está protegiendo sus cosas, que son tan importantes para él como para nosotras las nuestras. O acaso le dejaríamos nuestra computadora a alguien que acabamos de conocer. Si no nosotras no lo hacemos tampoco podemos pretender que él lo haga.

En este caso debemos respetar sus derechos a decidir sobre sus propiedades y no obligarlo a compartirlas en casa. Siempre debe tener un juguete preferido que es sólo suyo. Podemos ayudarlos a desarrollar la capacidad de compartir de otras formas: por ejemplo, cuando vayamos de paseo y él toma un juguete para llevarse podemos proponerle que lleve dos por si otro chico quiere jugar. Además, revisaremos nuestra propia forma de relacionarnos con los demás: ¿somos generosos, compartimos nuestras cosas? Los pequeños no aprenden de lo que les decimos, sino de lo que ven que nosotros hacemos. Padres generosos, hijos generosos.

Otro ejemplo del lenguaje corporal es cuando vamos a un lugar extraño y se queda parado en el umbral de la puerta. Nos está diciendo que se siente inseguro ante lo desconocido o aquello que no le es del todo familiar.

Muchas veces entendemos el mensaje, pero nos equivocamos al abordar la situación. Los chicos conocen el mundo a través de sus padres. Así que si queremos que nuestro hijo cruce la puerta, primero debemos cruzarla nosotros tranquilamente. Después, le dejaremos su tiempo para que lo haga él solo, ofreciéndole nuestra mano para darle confianza. Continuamente nos miran buscando claves para resolver las situaciones que no saben manejar. Lo mejor es mostrarles qué hacer: nuestro lenguaje corporal debe ser de acogimiento y confianza.

Fuente | Para Ti Mamá


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