Elisabeth Badinter protesta por la idea actual de la maternidad (I)

Elisabeth Badinter protesta por la idea actual de la maternidad (I)

Escrito por: Belén    25 febrero 2010     2 minutos

Elisabeth Badinter es catedrática de filosofía de la Escuela Politécnica de París, ensayista, feminista de referencia en Francia y madre de tres hijos. En 1980 aseguraba en su libro «L’Amour en plus» (¿Existe el amor maternal?) que el instinto maternal no existe. Treinta años y varios libros después, publica «Le Conflit, la femme et la mère» (El conflicto, la mujer y la madre), en el que vuelve a crear polémica al afirmar que la tendencia actual sobre la maternidad es un paso atrás en la independencia de las mujeres.

En el libro, que se puso a la venta en Francia el 12 de febrero, la filósofa habla con ironía sobre los ecologistas, los psiquiatras infantiles, la Liga de la Leche, las mujeres perfectas y los militantes del desarrollo sostenible entre otros. Según ella forman una especie de alianza que, en nombre de «lo mejor para el niño», han creado a la madre perfecta del siglo XXI.

Badinter protesta contra la idea única de mujer. No todas las mujeres quieren ser madres, aunque pudieran serlo y no todas las madres quieren amamantar. Aún se considera «anormal» a la mujer que pudiendo tener hijos no los quiere y se buscan explicaciones como que ha tenido una mala infancia. Según la ensayista hay que liberar a las mujeres de la idea de que lo natural es tener hijos. Considera que se ha puesto al niño por delante de la mujer, cuando lo normal sería que ésta se preguntara si quiere o no ser madre, sin recibir presiones.

Cree que la tendencia actual de la madre ecológica es un freno para la mujer. Se muestra crítica con las recomendaciones de la OMS y otros expertos sobre la lactancia hasta los 6 meses y a demanda. Aunque no se opone a la lactancia piensa que la frase «es lo mejor para tu hijo» es una forma de imposición que hace a la mujer sentirse culpable, y no hay mejor forma de sometimiento que recurrir a la culpa.

Badinter le da un nombre «La buena madre ecológica» y la define como la que quiere dar a luz en casa, desconfia de cesáreas y epidurales, lava ella misma los pañales del bebé para proteger el planeta y le da el pecho seis meses a demanda. Es una madre que para poder realizar su importante misión sacrifica todo su tiempo a esta labor.

Continuaremos en un segundo artículo con las declaraciones de Elisabeth Badinter.

Vía | ABC
Foto | Marianne2


56 comentarios

  1. ecohumanist dice:

    pues lo que pasa es que Badinter confunde maternidad y ética del cuidado.
    entre este libro y su posición sobre el feminismo islámico… creo que está cada vez más equivocada, la pobre!

    • Laura dice:

      Tiene más razón que una santa, en esto, y en lo del «»»feminismo»»» islámico (pista: el feminismo y las religiones son antitéticos). El tiempo le ha dado la razón, y se la seguirá dando.

  2. Belén dice:

    Ecohumanist, a mí no me da ninguna pena. Es una mujer que expone sus argumentos, que se pueden compartir o no pero no mueven a la lástima.
    Está claro que ataca una ideología muy concreta, minoritaria pero que hace mucho ruido y mucho daño.
    No se si alguien estará totalmente de acuerdo con su opinión, pero algunas partes están cargadas de razón.
    Gracias por leernos y dejarnos tu punto de vista. Un saludo.

  3. Francisca dice:

    Aunque reconozco no he leído su libro aún, solo articulos, yo, que soy madre de 2 niños precisos, estoy bastante de acuerdo con badinter. Muchas mujeres se sienten culpables al «arrepentirse» de haber tenido hijos por que ello muchas veces enajena a las madres de su individualidad y desarrollo personal. Creo es completamente nornal sentir cierta rabia o tristeza por no poder seguir siendo «persona» una vez que se tienen hijos. Los animales cuidan a sus hijos al principio, pero cria que no llora y no persigue a su mamà, no mama y muere. Nosotras tenemos que estar persiguiendo a nuetsros hijos con las ultimascomodidades y sistemas de estimulaciòn infantil y nuestras vidas se transforman en meros paràsitos de otras vidas, la de nuestros hios y ya no podemos vivir nuestras vidas hasta que se casan y ya estamos viejas, feas y acabadas. Yo creo que la maternidad no es un instinto (nos engañaron) sino una vocaciòn que se puede o no tener y deberìan informar mejor a las mujeres sobre lo que es realmente ser madre para asì estar preparadas y poder elegir. La publicidad que muestra el mundo de los bebes todo de rosa y celeste es publicidad engañosa. Ademàs, se evitarìan muchos enbarazos de quinciañeras o mujeres no preparadas sicològicamente para ello. Yo amo a mis hijos y soy la mejor mamá que puedo ser, sin duda, pero me hubiera gustado prepararme mejor sicològicamente (y estar màs informada de lo que implica tener hijos) antes de haberme querido embarazar. cariños a todas!

  4. Belén dice:

    Francisca, me parece que has escrito un comentario muy valiente. No es fácil que una mamá reconozca sentirse anulada, aunque adore a sus hijos, por el contrario lo más escuchado es que la maternidad te realiza.
    Cada una lo vivimos de una manera, dependiendo de nuestras expectativas, experiencias anteriores y lo que entendemos por ser madres, y me parece lícito y muy habitual, tener los sentimientos que tú expresas, sobre todo en algunos momentos y etapas.
    Lo que no se es cuantos niños nacerían si todas supieramos realmente lo que es ser madre, porque la parte positiva, la que compensa en la mayoría de los momentos es dificil explicarla y transmitirla a quien no la ha vivido.
    Gracias por ser tan clara. Un saludo

  5. Susana dice:

    Coincido con muchas de las cosas que dice Francisca, aunque en mi caso sí me esperaba lo que me venía, ya tenía sobrinos, pero no el cansancio de algunas épocas como la racha que estoy pasando ahora, que se me ha juntado una infección de oídos -mía-, el trabajo y una mala racha para el nene, esas cosas si que me han pillado de sorpresa.

    Menciona los sistemas de estimulación infantil, cómo nos pasamos hoy en día con esto. Mi hijo tiene 14 meses, es muy hábil para algunas cosas, como que puede beber él solo de un vaso, y muy vago para otras, como que aún no camina solo ni lo intenta, para cansancio mío, porque la lía igual gatenado y además llora mucho para pedir mamá-bus (que lo lleve en brazos a donde quiera, cosa que estoy dejando). Lo comenté con mi hermano, como tantas cosas que se comentan en familia, y me dijo que lo llevara a un centro para que le estimularan a caminar. No tiene ningún problema neurológico, está empezando en la guardería, así que ve a más niños, entonces, por qué estimular. Por qué empujarle en la dirección que por su desarrollo natural va a tomar de todas formas, me parece que es mirarlos en exceso. No estuve de acuerdo con esto. En reaúmen, que pienso que hoy tendemos a sobreproteger y a darle demasiada importancia a todo. Es natural que muchas madres se sientan anuladas, siempre le estamos mirando a los pobres con lupa, es que no les dejamos equivocarse.

    Un saludo

  6. Belén dice:

    Susana, es cierto que nos pasamos intentando estimularles. Pero hay una diferencia entre facilitarles los medios para que se desarrollen y forzarlos a hacerlo.
    En el caso de tu niño, no creo que por su edad tenga ningún problema, está en la edad en que unos ya caminan y otros aún no. Estimularle es facilitarle los medios para que ande, un sitio donde agarrarse y levantarse y, claro, no llevarle siempre en brazos. Distinto es que dediques todo el día a forzarle si aún no está listo. Estamos de acuerdo en que eso puede ser pasarse.

    Gracias por tu comentario, un saludo.

  7. MARIA CABO dice:

    Hola a todas.

    Interesantísimas vuestras opiniones: valientes, sinceras y muy honestas…

    Me gustaría invitaros a visitar el blog de mi nuevo proyecto documental (Re)Tales, una reflexión sobre las luces y sombras de la maternidad en el siglo XXI. Me encantaría conocer vuestra opinión sobre el proyecto.

    http://retalesdoc.com/

    Espero que os interese. Un abrazo. María.

  8. Belén dice:

    María, gracias y enhorabuena por el documental. Sólo he podido echar un rápido vistazo y me ha gustado mucho, no dudes que volveré a visitar tu página para verlo con atención.
    Un saludo

  9. Mª José dice:

    Hola a todas,

    Soy madre y mujer trabajadora y adoro a mis dos hijos por encima de todo. Esto no quita para que está bastante de acuerdo con Badinter y Francisca. Ser madre es maravilloso, pero también es alienante, en el sentido en que no te permite realizarte completamente en otras facetas de tu vida (personal, profesional, etc.) Es decir, limita las otras facetas de la mujer. Esto no sería ningún problema si aceptamos que la mujer tiene varias facetas y que desarrolla unas u otras más en función de sus intereses en cada momento. Pero el problema viene con esta nueva corriente de super-mamás y carlosgonzalistas, que opinan que la mujer es madre ante todo y anteponen el bienestar del niño con al de la propia mujer.
    Es una vuelta hacia atrás en la independencia nuestra. Decir esto ahora es exponerte a ser criticada., porque efectivamente, recurren al sentimiento de culpabilidad diciendo que «es lo mejor para los niños» (estar en casa con los hijos, la lactancia materna hasta los 6 meses y más, etc.)
    Hay que reevindicar la maternidad de otra manera, y sobre todo, no permitir que te juzguen como mala madre sólo por no comulgar con las doctrinas de la crianza tradicional.
    un saludo a todas

  10. Belén dice:

    Mª José, como Francisca tu comentario es muy valiente. Horrorizará sin duda a un ruidoso grupo de madres.
    Ninguna deberíamos sentirnos culpables tomemos la opción que tomemos. Lo de «mala madre» debería poder ser denunciable. ¿Quién es nadie para juzgar algo así?
    Enhorabuena por tus niños y por tener las cosas tan claras. Un saludo.

  11. Silvia dice:

    Hola, muy buenos los comentarios, soy de américa del sur, tengo 50 años, tuve un hijo a los 40 por opción. se muy, pero muuuuy bien lo que es transitar los 25 – egresada de la universidad – lo 30, los 35 y 6 y 7 y no tener un hij*. Esperan de ti que seas madre y nada … y pasan los años y nada. Y yo estaba bárbara, trabajaba, estudiaba, dormía, salí a fiestas, viajaba, tenía parejas, leía me chateaba … etc. Pero el resto esperaba que yo tuviera un bebe! hasta me llegaban a decir: «te vas a arrepentir!!!» » mirá que la vida sin hijos no tiene sentido» «cuando seas vieja … quien te va a cuidar?» yo cada ves más horrorizada porque yo estaba excelente en la vida.
    Bueno a los 38 más o menos fue que me planteo que estaría bueno tener un bebé. Así que me puse en campaña, y estoy barbara, lo pasé muy bien, soy muy feliz con mi hijo, pero sin el también era feliz. Soy madre muy aprensiva, lo re cuido, lo re amo y avece me re molesta!!! trabajo, estudio – menos pero estudio- me compro ropa y me arreglo, me pinto me tomo un whisky el fin de semana. Pero me costó mucho lograr esto, porque las presiones son fuertes.
    «Poblrecito» salís tantas horas de casa … y el niño aprende y empieza a usar esto … claro! conmigo no tiene suerte. Gracias

  12. Belén dice:

    Silvia, gracias por contarnos tu experiencia. Parece que has conseguido hacer lo que has querido en cada momento de tu vida y que estás muy satisfecha con ella. Enhorabuena!

  13. bea dice:

    hola, para mí es una cuestión de «tiempos» .. fui madre a los 35 y hoy a los 53 «resisto» el embiste de un tsunami = adolescencia…. no me fue posible antes por no dar con compañer@ , que creo imprescindible …ser madre es hoy por hoy la experiencia máxima en todos los aspectos .. me siento una buena persona…
    dicho esto, estoy preparando el retorno a mi yo , en solitario, cuando el vástago ya vuele solo …. y volver a mi independencia me provoca hoy un enorme placer ….veremos ………suerte a tod@s

  14. Belén dice:

    Bea, espero que consigas tu independencia, por supuesto que no es incompatible con ser una buena madre, aunque es cierto que cuando son más pequeños es mucho más complicado. Suerte con la adolescencia de tu hijo, esa etapa da más miedo que la de recién nacido. Un saludo y gracias por dejarnos tu experiencia.

  15. arantxa dice:

    Yo también tengo dos hijos, ya adolescentes, a los que por supuesto quiero muchísimo y por los que he abandonado ciertas cosas gustosa.
    Sin embargo, de un tiempo a esta parte vengo obsevando una mitificación de la maternidad que no me parece nada sana. Ni para la mujer, ni para los hijos.
    Para la mujer, por razones obvias. Bajo la amenaza de ser consideradas madres desnaturalizadas tenemos que volver al parto «natural» en casa ( ¿por qué no volvemos a morir de una apendicitis como nuestros tatarabuelos?, eso también es lo natural), a dar el pecho hasta que el niño se afeita y tenemos que renunciar a ser personas individuales el resto de nuestras vidas en aras del bienestar del hijo ( no recuerdo que mi madre o que mi abuela tuviesen que estar tan pendientes de sus hijos como yo debo estarlo de los mios).
    Lo más triste del caso es que las que nos señalan con el dedo si no nos ajustamos al molde de la «buena madre», son nuestras propias congéneres. Mientras nosotras nos agotamos y nos despedazamos mutuamente, los hombres contemplan el espectáculo boquiabiertos.
    Paradójicamente además, este abordaje «infantocéntrico»de la maternidad, si se me permite la palabra, diseñado para favorecer al hijo, no es nada beneficioso para una generación de niños que se está acostumbrando a ser el niño en el bautizo, la novia en la boda y el muerto en el funeral. Estamos educando un ejército de tiranos, irresponsables e incapaces de valerse por sí mismos, que va a ser muy difícil de mantener.
    Respeto a las mujeres que deciden vivir según esas normas, pero que se bajen de su pedestal de talibanas y dejen a las demás criar a sus hijos como mejor les parezca. Porque todavía no se ha demostrado que su filosofía de la maternidad sea la única correcta.
    Y gracias a E. Badinter por hablar en voz alta de esta nueva esclavitud.

  16. Belén dice:

    Arantxa, me ha gustado mucho tu comentario. Todo sería mucho más fácil si dejaramos de juzgarnos unos a otros, o mejor dicho, unas a otras. Enhorabuena por tu valentía. Un saludo.

  17. Ines dice:

    Yo pienso que un término medio es lo sano: ni renunciar a la propia identidad por ser madre, ni «desentenderse» de los hijos por miedo a, por ejemplo, perder un trabajo. Cada una lo hacemos lo mejor que podemos y sabemos, en la medida en la que nuestras propias vidas nos lo permiten, además de nuestras vivencias, educación, creencias o filosofía nos lo permitan. Y no se debe juzgar ni condenar a las demás porque hagan las cosas de forma diferente. Hay un probervio hindú que dice: «No juzgues a nadie sin haber caminado siete millas con sus zapatos».

    Con respecto a la liberación de la mujer, me río yo de esa liberación. Es cierto que se ha avanzado mucho en muchos aspectos, pero cuando se hizo, fue más una «masculinización» laboral de la mujer. Y no se pensó en los niños. Ahora lo pagamos ambos: mujeres y niños. Nosotras a menudo sintiéndonos culpables y ellos necesitándonos sin tenernos disponibles por la locura laboral y el vértigo del día a día en el que nos hallamos inmersos en esta sociedad que hemos creado.

    Confío en que esto sea una parte de un proceso y que seguiremos caminando hacia una solución. Independientemente de si se elige lactancia natural o artificial. Sin duda para el cachorro humano lo idóneo es la leche humana. Pero si el precio es demasiado alto o no se puede o quiere, respetémoslo. Estamos en el S XXI.

  18. mariate dice:

    Me parecen muy interesantes vuestros puntos de vista,pero creo que se nos pasa por alto un punto importante: el padre. Hoy por hoy tenemos toda la «carga» de los hijos las madres, dejamos de ser mujeres independientes para ser madres a tiempo completo además de trabajadoras y de amas de casa. Por desgracia cada dia veo más cuidadores que padres , que creen que estar con ellos 30 minutos el fin de semana es igual que nuestro papel. Tengo una niña y tengo que deciros que en la primera clase de la matrona nos soltó : «»si no le vais a dar el pecho tened claro que sereia malas madres». Creo que a dia de hoy llevamos la carga de las madres de antaño y todos los deberes modernos. ¿Donde quedó el tiempo para nosotras? Si te descuidas hasta te sientes culpable por tardar 5 minutos más en la ducha. Tenemos que hacer algo para mejorar el mundo que les dejamos a nuestras hijas.

  19. Belén dice:

    Inés, Mariate, muy interesantes comentarios. Estoy de acuerdo con las dos, la masculinización de la mujer y el papel del padre. Nos queda mucho por andar y sobre todo para conseguir que cada uno haga lo que le plazca. Un saludo y gracias por animaros a participar.

  20. arantxa dice:

    Inés
    No soy feminista, creo que todas esas mandangas han demostrado ser sólo una coartada para poder controlarnos con nuestra aquiescencia. Sin embargo me revienta observar cómo nos tragamos el anzuelo de la perfección y de la culpabilidad, cada vez que nos lo ponen delante.
    Los movimientos de liberación de la mujer, todo este integrismo en torno a la lactancia materna y la tiranía de la perfección física que nos imponen, comparten una misma raíz. Me hace gracia que cuanto más profundizamos en las últimas estupideces de la postmodernidad, más opresión se ejerce sobre las minorías que se pretende liberar.
    Ahora hemos llegado a un punto en el que la que no trabaja fuera de casa es una maruja o una mujer objeto, y si optas por salir a «realizarte» ( a mí también me da la risa), eres una arpía egoista e irreponsable a la le tiene sin cuidado el bienestar de sus hijos.
    Pero repito, todo esto nos lo hemos cocinado nosotras solas. A los hombres les tienen sin cuidado los biberones o el pecho, los potitos naturales o los de bote, que el niño se meriende la tierra de la maceta o un solomillo de medio kilo, que nazcan con epidural o en casa. No nos tienen en mayor o menor estima por estas cosas. Y nosotras, en lugar de implicarlos más en la crianza de los hijos, somos tan tontas que nos dedicamos a criticar a la de al lado porque cria a su hijo así o asá.
    Ya me lo decía un amiga mía: «al final va a resultar que los hombres son de verdad seres superiores».

  21. mariate dice:

    Arantxa tienes razón cuando dices que es lo que nos hemos buscado. El otro dia nos reunimos un grupo de amigas ( en horario escolar claro) y acabamos muertas de risa (aunque pensandolo bien no tiene ninguna gracia). A todas nos paso lo mismo: cuando nacieron nuestros hijos nuestros respectivos maridos dijeron : mira cariño, una noche tu y otra yo. A día de hoy , 7 años después, todavía no ha llegado la noche yo. Este es un pequeño ejemplo de los «avances» de la sociedad: nosotras podemos estar dias sin dormir, con mastitis, enfermas con fiebre, vomitando , todas las opciones que quieras imaginar pero debemos seguir con nuestro trabajo de madre,ama de casa y esposa. Ahora, si son ellos los que están enfermos,estresados o cansados os aseguro que no se moveran del sillón a pesar de que sus hijos esten llorando, se hayan caido o esté la lavadora por tender. Lo peor del caso es que nosotras somos las que no hacemos nada por remediarlo y si lo hacemos somos unas feministas extremistas que pensamos únicamente en los derechos de la mujer pretendiendo rebajar a los hombres. No se donde va ha llegar la cosa.

  22. Ines dice:

    Arantxa, estoy de acuerdo contigo en mucho de lo que dices. Yo tampoco soy feminista y en general las ideas radicales expresadas de forma victimista o exaltada no me gustan, aunque seguro que yo también he pecado alguna vez de eso mismo. Aquí nadie es perfecto.

    Los hombres no son seres superiores. Son seres distintos, más sencillos, muy nobles, más directos que nosotras. Lo tienen más fácil: no soportan la presión social que soportamos nosotras (ni la modalidad de presión que soportaron nuestras madres, abuelas, tatarabuelas… ). No tienen que ser perfectos: una arruga o un michelín en nosotras es un crimen. Ellos pueden pasearse barrigudos y calvos a los cuarenta, con arrugas por toda la cara o el pelo gris a cualquier edad, y son «muy interesantes». Que se nos ocurra a nosotras no teñirnos las canas, menuda esa, que no va a la peluquería desde hace siete meses, mira qué raíz tiene. O pasearnos por la playa con las tetas a la altura del ombligo o tres gránulos de celulitis en el muslo, «dónde irá esa gggggorda». Y claro. Somos nosotras mismas, como muy bien apuntas, las que nos ponemos a caldo unas a otras. Pero ellos también nos ponen entre la espada y la pared: tu jefe no te va a ascender si le das prioridad a tus hijos, tu marido igual se larga con otra más joven cuando tengas 60 años. Y lo que es peor: la de 20 con la que se puede pirar te va a poner de «hojita perejil». Y entonces ya no serás quien fuiste: serás la histérica de la ex-mujer.

    Hay una crisis de valores bestial. Estamos viviendo una decadencia. Como la de Roma, pero sin saber latín. Pero no creo que haya que buscar culpables: ellos, nosotras, las circunstancias, el modelo patriarcal… Al final eso da lo mismo. Yo trato de conciliar la vida laboral y la personal: he reducido mi jornada laboral (remunerada, la otra media es gratis) y tengo dos niños (varones los dos). Les he dado el pecho a ambos porque he querido. A uno durante ocho meses y al otro estoy en ello porque es recién nacido. No es algo de lo que me tenga que enorgullecer, no me hace mejor ni peor persona. Tampoco a mis hijos. Me preocupa mucho más educarles en el respeto, en la empatía y en el amor, cosas que verdaderamente hacen falta hoy. Seré una idealista. Me equivocaré en muchas cosas. Seguro. Pero no pienso sentirme culpable nunca más. Y si me ducho y tardo más es porque me da la real gana. Que se sienta culpable un asesino o un ladrón. Saludos a todas. Vuestras opiniones son muy interesantes y estoy encantada con este debate.

  23. Belén dice:

    Un debate muy interesante. Muchas gracias por hacerlo aquí y mantener ese fantástico buen tono. Un saludo.

  24. arantxa dice:

    Inés
    Me parece sensacional que la que quiera dé pecho hasta los 8 o los 18 meses, faltaría más. Lo que pido es que las que fomentan ese movimiento permitan que las mujeres hagan lo que puedan. Trabajo en una unidad de obstetricia como médico, y a menudo me pregunto si toda esta nueva noción de la maternidad ideal no estará minando la autoestima de muchas mujeres como madres. Conozco personas que han pasado un infierno por no poder amamantar a sus hijos, sé cómo lo han ocultado con vergüenza y en algunos casos, el rechazo que han sentido hacia sus bebés. Ya no estoy hablando de la vida profesional de las mujeres, sino de ellas mismas como personas, y a mí me parece una tiranía inhumana.
    Cómo tú, creo que vamos cuesta abajo en el tobogán de la decadencia.
    De un tiempo a esta parte, observo estupefacta el sometimiento de las adolescentes a los núevos parámetros de perfección, que no son otros que los de seguir comportándose como señoritas complacientes con los demás. Contemplando estos comportamientos, ya no me extraña el aumento del maltrato psíquico en España. No sabes lo que me costó hacer entender a mi hija que en la vida no lo es todo la imagen, o que ella valía lo mismo con un hombre al lado o sin él. Eso no me lo tuvo que explicar a mí nadie.
    Siguiendo con la civilización occidental y sus fundamentos judeo-cristianos, opino que las mujeres nos hemos empeñado en no pasar del Génesis, con su manzana y su Eva tentadora. Nos encanta el mito de Pandora, causante de todos los males del mundo. Así que una vez más, no nos cuesta asumir que si los niños salen maleducados o si suspenden, la culpa es de las madres que trabajamos o de las que no les dieron pecho hasta el colegio. No se nos ocurre salir del camino trillado en el que nos hemos metido y decir que muchos adolescentes, inmunes a los esfuerzos de sus padres, eligen libremente seguir el camino más fácil, o que los principios educativos rousseaunianos son falsos.
    Siempre hay alguna dispuesta a dar ese paso al frente, que evita que la culpa acabe cayendo al suelo. Utilizando un poco la perspicacia y la independencia intelectual, podríamos avanzar más en la lectura, hasta llegar a uno de los principios que deberían regir nuestra civilización: Amar al prójimo como a uno mismo, no más. En el centro absoluto de la vida de una persona, no debería estar otra persona, hasta el punto de descuidarse a uno mismo. Tenemos reponsabilidades, pero no ataduras.
    Capítulo maridos: desgraciadamente estamos en fase de regresión hacia una sociedad holística en la que la libertad, pero sobre todo la responsabilidad personal están en retirada. Los humanos, haciendo buen o mal uso de su libertad, deciden establecer o romper relaciones por diversos motivos. Por muy doloroso que esto sea, hay que aceptarlo con un aire más constructivo. Los maridos y los hijos son personas que no nos pertenecen. Digo esto porque si mi marido (Dios no lo quiera), me deja dentro de unos años por otra de 20, pues que le aproveche. Por mi parte intento mantener mis propias inquietudes, mis amigos y mis intereses. Primero porque son parte de mi persona, pero también porque reflexionando sobre lo que tú dices, es un medio muy entretenido de evitar cargando con el calificativo de histérica.
    Lo de los jefes que no promocionan: ese no es un problema de sexos, a mi entender. Lo que viene a continuación no va a ser muy popular, sólo es un intento de ser honesta conmigo misma, ya que me he visto a menudo en la situación. Si tuviésemos que contratar una persona a la que confiar nuestros hijos mientras estamos trabajando, a quien elegiríamos: ¿a una que cada dos por tres nos llama porque tiene que ausentarse para cuidar a sus hijos enfermos, o a otra que no va a faltar a sus obligaciones laborales? Creo que a veces nos cuesta ser objetivas en este sentido, y que esa «discriminación» la ejercen tanto las jefas como los jefes.
    La misma sociedad que ha estimulado nuestras ambiciones profesionales necesita nuestros hijos, pero es incapaz de ofrecer una alternativa al lío que se ha montado. Me temo que una vez más tendremos que buscar nosotras la solución, en mi caso ha consistido en no creerme imprescindible, en relajarme y en implicar a mi marido en el cuidado de los hijos.
    Un saludo y siento la extensión.

  25. Inés dice:

    Arantxa: me encanta leer tus reflexiones, porque se nota que has pensado mucho en el tema (la verdad es que yo también). Está claro que el centro de la vida de cada uno debe ser cada uno. De hecho, físicamente, lo es. Sin duda es un error inmenso renunciar a tanto por el hecho de ser madre. Porque renunciar a amigos, aficiones, ocupaciones, trabajos, obsesionarse con la culpa, con ser imprescindibles o perfectas, es casi renunciar a la propia vida. ¿En qué nos convertimos entonces? ¿Dónde quedó nuestro yo? ¿No nos echaríamos mucho de menos a notostras mismas? Y en consecuencia: ¿Qué se les puede dar a los hijos si ya no somos nadie? ¿Qué se les puede transmitir a los más pequeños, si lo único que hacemos es parirlos sin epidural porque es muy natural (tan natural como sacarse una muela a pelo), mirarlos, «darles el pecho hasta que se afeitan», estimularlos, vigilarlos, y, en fin, agobiarlos, en lugar de darles las herramientas que van a necesitar para desenvolverse de forma autónoma en sus vidas?

    Mucha gente, además, más adelante, vuelca en sus hijos sus propias frustraciones y quiere que sean lo que no pudieron ser ellos. «Que estudie música, mi padre nunca me dejó estudiar música». O por el contrario: «Que sea abogado, como yo, o médico, como su tío». ¿Pero quién nos hemos creído que somos? Definitivamente vivimos en un mundo patético.

    Pienso que cada persona es responsable al 100% de sí misma. Y aunque durante un período de tiempo somos también responsables de estos pequeños seres a los que tanto queremos, lo que tenemos que transmitir, no con palabras, sino con hechos, es que es fundamental mantener la integridad, la ilusión por vivir y el gusto por hacer lo que nos gusta y en lo que creemos. Al final ellos también tendrán que ser responsables al 100% de sí mismos.

    Y las niñas, las futuras mujeres, como siempre, lo tendrán más difícil. Porque sus madres (nosotras) ahora somos «libres» (tenemos dignidad), somos «independientes» (tenemos trabajo), somos «imprescindibles» (tenemos hijos y son «nuestros»), somos máquinas de trabajar las 24 horas, dentro y fuera de casa. Y siempre tenemos que estar con un aspecto y un ánimo impecable.

    Con o sin epidural, en la playa o en la montaña, pecho o biberón, potito comprado o casero, lechuga o solomillo. Que cada uno se cocine lo que le plazca y se lo coma.

    Y a los maridos yo sólo les pediría un poco más de empatía y un esfuerzo para implicarse en el cuidado de la familia. Sé que no es pedir peras al olmo. De forma inteligente, con cariño y poco a poco, se consigue todo.

  26. Isabel L. dice:

    Para mi el descubrimiento más inesperado de la maternidad es la extremada dependencia del niño cada hora del día. Hablo del niño en general, hasta los 5 ó 6 años, y sin distinguir por sexo. A partir del 6º mes de mi hija que tiene hoy 3 años, cuando empezó a reclamar la no separación -y que yo llevo muy mal, porque me agobia, ciertamente-, el criarla me resultó más difícil y cargante en muchos momentos, en los que tengo todas las ganas de largarme a otro lado. También para su padre, aunque él tiene más paciencia con los requiriemientos constantes de atención de la niña que yo.
    La verdad, ninguno de nosotros dos esperábamos esta sensación de tener que estar ahí en todo momento, en un día cualquiera, y no digamos cuando surge una enfermedad, que también hemos pasado periodos muy difíciles con esto. Y como nosotros, tantas parejas se habrán encontrado con esto. Es difícil anticipar un planteamiento realista de la atención al hijo, y la conciliación y el tiempo para cada uno -nos vamos a organizar de tal forma- porque no sabemos en realidad lo que se nos viene encima al tener un hijo, -con el segundo ya te lo debes esperar-.Se hacen las cosas en el día a día, mucho mas en nuestro caso que no tenemos familia ni posibilidad de red de apoyo cercano. Y en el día a día se imponen los criterios más prácticos, ahí surge la reducción de jornada, el quedarse en casa un tiempo y luego buscar un trabajo más cercano -es mi caso-, el que se queda en casa asume las tareas de la idem, etc. En el día a día también vuelven a surgir los esquemas que tenemos cada uno interiorizados, quieras que no, suele ser la mujer la que entiende que tiene la mayor responsabilidad sobre el bienestar del hijo, el padre -y mi marido es un padre con mayúsculas, pero también carga el mismo tipo de esquemas que yo- entiende que debe reforzar su posición laboral por asegurar la economía, prque al ser padre también ocurre que la estima que se le da en la empresa es mayor, al contrario que a mi por ser madre, etc. El panorama lo habeis descrito muy bien.
    La sociedad laboral está montada pensando en los hombres, que de hecho eran los que trabajaban mayoritariamente hace unas décadas, con la incorporación de la mujer apenas -sí algo- se han cambiado las estructuras. Cuanto más apriete la crisis más pequeñas conquistas se perderán y más difícil se hará llevar trabajo y familia.
    La sociedad del día a día no ofrece apenas opciones a las parejas con hijos, aparte de las guarderías, y como individuos hemos perdido el concepto del ejemplo, de que cada adulto es un referente de ejemplo y protección para un niño pqueño, nos comportamos de cualquier forma delante de ellos porque total son responsabilidad de sus padre que para eso los han tenido, decimos. No es cierto, los pequeños son parte de una sociedad, el peso que se pone sobre los padres como garantes únicos de su formación, bienestar físico, psicológico, emotivo y social, aparte de cuidados, alimentos, economía, es excesivo y absurdo. Y como habeis dicho, la mujer está predispuesta a aceptar la responsabilidad y la culpabilidad en primera instancia, aunque despu´se podamos reflexionar.
    Cuando estaba embarazada y tuve conocimiento de las nociones que se manejan hoy en día respecto a la ventajas de la lactancia materna, y como se explican, una vez más insistiendo en la responsabilidad-culpabilidad de la madre, opiné que una vez mas se están haciendo las cosas equivocadamente, y que la fórmula de esto es lo mejor y si no lo haces no eres una buena mujer-madre está demasiado manida y causa rechazo, a mi me lo provocó de inmediato. Y tantas veces en el pediatra que me ha dado la misma sensación, de que tengo que tener conocimiento exacto de todas y cada una de las cosas que le ocurren a mi hija, que es mi responsabilidad. Igualmente mi familia en la distancia.
    Aún así, a pesar de que las instituciones que ofrece la sociedad tienen una estructura que es reflejo de los esquemas «patriarcales» que la crearon, las relaciones que establecemos en nuestro entorno más cercano sí son más libres y pueden ser una fuente de apoyo importante. Otro punto que considero fundamental es no creerme la más entendida, y confiar en el criterio de mi marido cuando está a cargo, y pedir lo mismo.

  27. arantxa dice:

    Isabel
    Tienes toda la razón.
    Yo tengo una hija de 16 años y uno de 13, que hemos sacado adelante a pulso entre mi marido y yo, sin padres ni suegros que viven en ciudades lejanas, y que se han jubilado hace poco. Sin jornadas reducidas ni excedencias y pagando guarderías y canguros. No es una queja, nadie me obligó a meterme en ello. Ha servido para demostrarnos de lo que somos capaces, y eso produce una gran satisfacción, además de la de ver crecer a tus hijos.
    Sin embargo creo como tú, que el ambiente social en el que yo me crié facilitaba mucho más la labor de los padres.
    Como dice Inés, la decadencia en la que estamos inmersos nos ha llevado a deshacernos de un mundo común en el que los límites entre el bien y el mal moral estén bien definidos, y como consecuencia la mera idea de la autoridad resulta absurda. ¿Qué autoridad puede haber cuando todo es relativo?
    Además de tener que trabajar fuera de casa, de toda esta moda sobre lo que es ser una buena madre, de tener que llevar a los hijos todo el día de punta en blanco y de tener que estar disponibles para jugar con ellos a todas horas ( mi madre nunca jugó conmigo y no tengo nada que reprocharle), el clima social es de continuo zancadilleo a los padres que intentan transmitir los valores que ellos mismos recibieron. Estamos discutiendo sobre los detalles, mientras a diario comulgamos con ruedas de molino.
    Vamos a contrapelo, pero yo me niego a claudicar, porque lo que está en juego para nuestros hijos, es mucho más trascendente que un parto sin epidural o unos meses de lactancia materna. Esos sólo son accidentes.

  28. arantxa dice:

    Una cosa más Isabel
    No te agobies por la demanda de atención continua.
    Yo adoro a mis hijos, pero hay veces que me iría a Londres una temporada, porque la adolescencia es una fase tormentosa. Cuando estoy lo suficientemente cargada, en ocasiones se lo suelto, lo de Londres y otras cosas. Pero no por ello me siento mal, soy tan humana como ellos, y es normal sentirse agobiada. No quiere decir que seas mala madre o que no quieras a tus hijos. La relación materno-filial es como el resto de relaciones, a veces los adoras y a veces no soportas estar a su lado. El resto es mitología.

  29. Isabel L. dice:

    Gracias Arantxa por entender lo que quise decir, por tus palabras y tu apoyo.
    Hay varios puntos que estamos repitiendo, la falta de solidaridad femenina, el trato moralizante que se le da a las elecciones de la mujer sobre todo desde que somos madres y la creciente inhibición de la sociedad como elemento aglutinante en la crianza de los hijos, esta inhibición se sustituye por leyes cada día más pormenorizadas de educación y protección del menor, a la vez que a este, al menor, legislativamente cada vez se le inhibe más de su propia responsabilidad.

  30. Isabel L. dice:

    Ah…y quiero añadir que encuentro los comentarios tan interesantes que me gustaría tomarme un café con vosotras para ampliarlos :).
    Voy a leerme el libro, tengo ganas hace tiempo.
    Opino que en lugar de incrementar la presión sobre la mujer, sobre todo cuando estamos embarazadas que es un momento de máxima sensibilidad, todos estos grupos buscaran vías para ayudar a los padres (padre y madre) a criar a los hijos, todos saldríamos ganando.
    Y lo que echo en falta, y con los tiempos que vivimos la cosa se pondrá peor, es márgen laboral para recuperar a la mujer que ha pasado un tiempo en su casa cuidando a sus hijos, y que desea volver a trabajar.

  31. VALLE ROSALES RODRIGUEZ dice:

    DEBATE MUY INERESANTE. HOY HE ESCUCHADO LA ENTREVISTA QUE HA CONCEDIDO ESTA ESCRITORA A LA CADENA SER. AUN NO HE LEIDO EL LIBRO. EN ESTA ENTREVISTA LA AUTORA HA DEMOSTRADO UNA IGNORANCIA TERRIBLE ACERCA DE LA LACTANCIA MATERNA Y DEL PARTO NATURAL, QUE NO SE COMO SE ATREVE A ESCRIBIR ACERCA DEL MISMO.

    PARTO NATURAL ES AQUEL QUE SE PRODUCE CON LA MIINIMA INTERVENCIÓN DE LOS PROFESIONALES CUANDO LA NATURALEZA DEL PROCESO NATURAL Y DINÁMICO DEL PARTO LO PERMITE, Y RESPETANDO EN CADA MOMENTO LAS DECISIONES DE LA MADRE.

    SE BUSCA EN TODO MOMENTO LA EXCELENCIA EN LOS CUIDADOS Y PROCURAR LOS MENORES RIESGOS PARA LA SALUD DE LA MADRE Y DEL HIJO.
    EN LAS MATERNIDADES ANDALUZAS NO SE ESCATIMAN RECURSOS ( COMO LA EPIDURAL ENTRE OTROS) PARA ALIVIRAR EL DOLOR A LA MUJER. PARTO NATURAL NO ES PARIR EN CASA RABIANDO DE DOLOR. NO.

    LA LACTANCIA MATERNA, SIEMPRE RESPETANDO EL DERECHO A DECIDIR NO DARLA DE MADRE) ES UN REGALO QUE LA NATURALEZA NOS DA A LOS SERES MAMIFEROS. NO SOMOS POLLOS, SOMOS MAMÍFEROS. QUIEN DECIDA NO DARLA, TENDRÁ SUS MOTIVOS FUNDAMENTALISIMOS PARA NO HACERLO.

    EN MI TRABAJO, UNA PUERPARA PIDIÓ QUE LE RETIRARAN EL PECHO, PUES NO PENSABA DARLE DE MAMAR A SU HIJO PORQUE QUERÍA FUMAR. SEGUN ESTA MUJER HABIA QUE ESTARLE MUY AGRADECIDA A ELLA POR NO ADMINISTRALE NICOTINA NI ALQUITRAN EXTRA A SU HIJO A TRAVÉS DE LA TETA,

    ¿TODAS LAS MUJERES SABEN LO QUE HACEN CUANDO DECIDEN NO AMAMANTAR A SU HIJO?

    LE DEDICAMOS MESES Y AÑOS ENTEROS A PREPARAR OPOSICIONES, PREPARAR UNA MUDANZA, UNA BODA, ETC…. PERO UNOS MESES PARA ALIMENTAR A NUESTRO HIJO CON LO MEJOR PARA EL Y PARA NOSOTRAS ES CUESTIONABLE………NI DE COÑA. QUE NO OS CONVENZAN DE QUE ES UNA SERVIDUMBRE. LA MUJER OBTIENE MÁS BENEFICIOS EN SALUD DE LOS QUE OFRECE A TODA LA FAMILIA CON EL HECHO DE LACTAR.

  32. arantxa dice:

    Querida Valle
    No es necesario que grite, no por ello se tiene más razón.
    Los motivos por los que una madre decide no dar pecho sólo le incumben a ella, y los demás no somos quienes para emitir juicios de valor. Supongo que ya se encargaría usted de informar a la fumadora sobre los beneficios de la lactancia materna ( que nadie niega que los tenga). A partir de ahí, carecemos de poder sobre el criterio, voluntad o conciencia de las personas, ¿o tal vez es eso lo que usted reclama?
    Me alegra que aluda, sin querer mencionar la palabra, a la libertad de las parurientas. Todos tenemos claro que donde hay ignorancia no existe la libertad, por eso no puedo dejar pasar la ocasión de contar otra visión del asunto.
    Se refiere usted vagamente a los que es un parto natural. Yo voy a hacer un bosquejo de la noción de eso mismo, que se extiende a marchas forzadas, gracias a la presión de algunos iluminados.
    Donde yo trabajo, este tipo de partos implican minimizar, cuando no anular, la monitorización materno-fetal, en evitar la epidural y los fármacos que aceleran el trabajo de parto y en proporcionar cualquier tipo de alimento a la mujer, durante todo el proceso. Si además todo esto se hace en el domicilio, ya tenemos la quintaesencia de la buena maternidad.
    No sé con que información aceptan las embarazadas esta «técnica», pero dudo que sea con la que relato a continuación. Primípara que es trasladada a urgencias desde su casa a 75 km con parto avanzado, vuelta de cordón, mano de la matrona deteniendo el descenso de la presentación, estómago repleto de líquido y sólido y una cesarea con probable sufrimiento fetal con anestesia general por delante.
    No engaño a nadie, ni maquillo los datos, así que no me importa admitir que, aunque no es excepcional, se trata de un caso extremo, sin embargo hay otros ejemplos de coacción más leves y mucho más frecuentes. Como lo que ocurre en muchas salas de dilatación, en las que las parturietas tienen que esperar al cambio de turno de matronas ( cuando les da tiempo), para poder acceder a la epidural que desean.
    Estará usted muy complacida con los servicios sanitarios, pero antes de emitir opiniones tan lapidarias, le invito a usted a que se dé una vuelta por otros paises en los que el parto natural no es una improvisación chapucera.
    Parto, el que la mujer elija. Lactancia, la que quiera o pueda ofrecer. En cualquier caso la elección debe ser informada y con garantías de seguridad, y una vez tomada la decisión sobran las valoraciones ajenas. Badinter no denuncia la lactancia materna, ni la maternidad en sí misma, lo que denuncia es la maternidad convertida en ideología inflexible e intolerante.

  33. Belén dice:

    Valle, por si hace falta la aclaración, a lo que se refiere Arantxa con que no grite es que no utilice las mayúsculas, que en internet equivalen a hablar a gritos.
    Respecto al parto natural, no sólo Badinter lo interpreta así, en muchos ámbitos de defensa del mismo, se interpreta como aquel en que no hay intervención, ni anestesia, ni hospital, ni instrumentación.
    Estoy totalmente de acuerdo con la última frase de Arantxa, no creo que Badinter critique lo que cada una decida hacer, sino la imposición de un tipo de maternidad bajo la amenaza de la culpa.
    Un saludo y gracias de nuevo por este interesantísimo y elegante debate.

  34. Isabel L. dice:

    Además de la imposición de un modelo como el único y verdadero (de maternidad), creo que también ha criticado mucho la visión simplista de la mujer y sus motivaciones que hacemos todos, habla de mujeres que no desean ser madres y de la importancia de la cultura en la actitud maternal de la mujer (de hecho dice que no hay instinto, en este punto no estoy de acuerdo; tampoco con lo de que los animales no tengan un patrón cultural de aprendizaje maternal), tal como veo yo lo que pretende decir. Me interesa mucho leer el libro porque según tengo entendido hace una descripción de la evolución de estas nuevas ideas sobre la buena madre en Europa, como va imponiendose a otras -por ejemplo a la de la maternidad como sacrificio de las aspiraciones personales y fuente de frustración que tan a menudo veo en las mujeres de 55 a 70 años-, cuando se pretende realizar una sustitución de ideas tan radical me recuerda a lo que se expone en el libro de Orwell, Gran Hermano, lo que se dijo antes nunca se dijo y quien pretenda lo contrario es un subversivo. Por eso me gusta ver que hay gente que se sobrepone al lavado de cerebro y pretende mantener una visión integral de conjunto, como hace Badinter.

  35. Isabel L. dice:

    (Era 1984 el libro que quise decir, se me coló la Mila por el medio :).

  36. arantxa dice:

    Nadie tiene toda la razón siempre.
    Yo también creo que existe el instinto maternal. Desde luego hay un impulso que nos lleva a tener hijos, aunque en mi opinión últimamente se ha rodeado de un halo de romanticismo que se asocian con facilidad a conceptos extremos de lo que significa ser madre.
    Sin embargo, no cabe duda, de que muchas no sienten esa urgencia. Una de ellas, curiosamente con una personalidad reservada, llegó a darme explicaciones de por qué no tenía hijos, y de las dudas que su decisión le causaban ante la presión de amistades y familiares. Pero lo más patético de todo, es que estas confidencias, sonaban a excusas que yo no le había pedido.
    Me parece a mí que los seres humanos somos muy diversos, y que juzgar las motivaciones profundas y las causas que nos llevan a tomar distintos caminos en la vida es cuanto menos una actitud temeraria. Pero esto no sólo ocurre con la maternidad, puede verse en muchos otros aspectos de nuestra vida, como un clima de intolerancia sutil, en contra todo lo que no entra dentro del pensamiento correcto.
    Isabel tiene razón cuando habla de la sustitución de las ideologías del siglo XX, por el peligroso e incontestable pensamiento correcto.
    Un saludo

  37. Ines dice:

    El instinto maternal sí existe. Yo trato de conectar con él a pesar de que el entorno opina continuamente sobre lo que debo o no debo hacer: esto es un hecho desde que una se queda embarazada. Que algunas mujeres no conecten con su instinto, o no lo sientan como algo propio, o que algunas mujeres no quieran ser madres (por favor, con todo el derecho del mundo, pues hasta ahí podíamos llegar), no quiere decir que no exista.
    No se me ocurriría tratar de convencer a nadie de que lo que yo hago es lo mejor para todo el mundo. Cada persona, cada mujer, tiene sus circunstancias. Respetémonos unas a otras. Apoyémonos. Dejemos de criticarnos como urracas, y todo nos irá mejor.
    Vamos a ver: no siempre lo natural es mejor que lo artificial. Morir de un resfriado es de lo más natural. Y ser madre no es ni más ni menos natural que no serlo.
    Cada una puede decidir libremente. Y gracias a la información, a los anticonceptivos (artificiales) y a la inteligencia de cada una (natural), hoy en día podemos elegir. ¿Qué hay de malo en ello?
    Por otro lado, considero que algunas de las afirmaciones de Badinter están cargadas de razón y otras son un poco radicales para mi gusto. Obviamente, podemos utilizar nuestra capacidad crítica para concluir cada una lo que nos parezca.

  38. VALLE ROSALES RODRIGUEZ dice:

    COMPAÑERAS DE DEBATE: SI ESCRIBO EN MAYUSCULAS, ES SOLO PORQUE ME RESULTA MÁS CÓMODO. ( PIDO LIBERTAD PARA EXPRESARME EN CUALQUIER TIPO DE LETRA), NO SABÍA QUE EQUIVALÍA A GRITAR. IGUALMENTE NO SABÍA QUE RESPETAR LOS RITMOS DEL BINOMIO FETO/MADRE Y DAR UNA OPORTUNIDAD A LA NATURALEZA ERA TAN TERRIBLE Y ESCLAVIZANTE. ESTOS DIAS HE OIDO ENTRE OTRAS SANDECES QUE DAR PECHO AL HIJO QUE ACABAS DE TRAER AL MUNDO ERA OTRO TIPO DE MALOS TRATOS HACIA LA MUJER…….. EL MAL TRATO ES QUE LAS INSTITUCIONES NO PROPORCIONEN LAS MEJORAS SOCIALES SUFICIENTES PARA QUE LA QUE LO DESEE LO PUEDA ALARGAR LA LACTANCIA: BAJAS MATERNALES MÁS LARGAS….FACILIDAD PARA ACCEDER A REDUCIONES DE JORNADA ETC…. .DEBERÍAMOS GASTAR NUESTRAS ENERGÍAS EN ESTAS LUCHAS Y NO EN INTENTAR EQUIPARARNOS AL SEXO MASCULINO CONSTANTEMENTE.

    AH! NO ME HE PRESENTADO, SOY MADRE BIOLOGICA Y ADOPTIVA….. HE CRIADO CON PECHO Y SIN PECHO. HE ESTADO EMBARAZADA BIOLÓGICAMENTE 41 SEMANAS Y ADOPTIVAMENTE 10 AÑOS……SI, SÓLO TARDÉ 10 AÑOS PARA ADOPTAR A UN MENOR ESPAÑOL….. ¿NO CREEIS QUE PARA ACCEDER A LA MATERNIDAD ADOPTIVA DEBERÍAN DE CAMBIAR MUCHAS COSAS.? ¿SABEIS QUE MI EMPRESA NO ME PONÍA PEGAS PARA IR A UNA ECOGRAFÍA PERO ME DENEGABA EL DÍA PARA ACUDIR A LAS ENTREVISTAS DE ASUNTOS SOCIALES, OBLIGATORIAS ESTAS ÚLTIMAS POR LEY?. LAS DENEGANTES ERAN MUJERES. TENGO EL TEMA EN EL TRIBUNAL SUPERIOR DE JUSTICIA DE ANDALUCIA PUES EL PRIMER JUICIO LO PERDÍ. EL JUEZ DIJO QUE NADA SE PERDÍA SI YO NO ACUDÍA A LAS ENTREVISTAS, POCO MENOS QUE YO IBA POR QUE SE ME ANTOJABA, COMO UN CAPRICHO….

    LA MUJER DEBERÍA ESCOGER MEJOR SUS BATALLAS. Y YO ME RETIRO DE ESTA: VOY A SEGUIR PROMOCIONANDO LA LACTANCIA MATERNA Y A DEFENDER EL DERECHO DEL RECIEN NACIDO DE RECIBIR EL MEJOR ALIMENTO JAMAS CREADO: EL PECHO.

    ADIOS

  39. Belén dice:

    Valle, claro que eres libre de expresarte con la letra que quieras, aquí al menos porque en otros foro no se toleran las mayúsculas. Deberías entender que por muy cómodo que te resulte para la persona acostumbrada a comentar, las mayúsculas son muy molestas. Pero es tu decisión.
    Lo de la lactancia y el maltrato me parece terrible, no lo había oído nunca. Sí otra interpretación y es que su imposición con diversos argumentos culpabilizantes y atemorizantes, es una forma de sometimiento.
    Las bajas maternales más largas no son una reivindicación exclusiva de las mamás que dan el pecho. El resto también queremos criar a nuestros bebés.
    Respecto a tu empresa, es lamentable y espero de corazón que ganes el juicio.
    Me parece genial que promociones la lactancia materna, siempre que no utilices argumentos falaces para hacerlo, entre otras cosas porque no son necesarios.
    Enhorabuena por tus dos criaturas. Un saludo

  40. Belén dice:

    Inés, Arantxa e Isabel, en lo principal estoy de acuerdo con vosotras, por eso no comento nada, pero que conste que os leemos con interés. Un saludo

  41. arantxa dice:

    Esta no es una batalla Valle.
    ¿Por qué lo quieres ver todo en blanco o negro? No pongas en nuestra boca cosas que no hemos dicho. Nadie niega las bondades de la lactancia materna (relee mi entrada) y yo no me meto con las que quieren dedicar su vida a amamantar o a estar siempre con sus hijos. Lo que censuro, repito, es que se pretenda imponer eso como el modelo indiscutible de perfección materna.
    Por qué, en esta época en la que tanto presumimos de respeto a la diferencia, resulta tan difícil es entender que no todas la mujeres viven la maternidad de la misma manera. ¿Por qué no aceptas que otras madres, conociendose bien a sí mismas, decidan poner emprender esta tarea desde otro abordaje?
    No mezcles churras con merinas. En ningún momento se ha hablado aquí de la idoneidad de un mayor o menor tiempo de permiso por maternidad, ni de los tiempos legales para las horas de lactancia o las consultas prenatales. Estamos hablando de un libro cuya autora no aborda el tema con el que estás tan indignada, ella no arremete contra permisos o prestaciones. Esta francesa habla sobre la situación en otros países de Europa, en los que las ayudas y los permisos son infinítamente más generosos que aquí, sin criticarlos, y lo que denuncia es que la presión para renunciar a la vida laboral puede estar forzando a muchas mujeres a optar por alternativas que no les benefician o que ni siquiera desean.
    Pérmiteme ser realista. La batalla para aumentar las prestaciones a la maternidad en España va ha ser larga y difícil. La situación económica lo va a determinar así. Tal y como estamos, con casi 5 millones de parados, y datos como el de la demora en el pago a los proveedores sanitarios rozando los dos años, comprenderas que a los gestores, políticos y demás, lo último que les importa es si te dejan o no te dejan salir a arreglar unos papeles o si das pecho o no lo das. Es la vida real, aunque ahora no se les caiga de la boca todo lo que van hacer por nosotros. Contentos estaremos de que nos llegue para la pensión dentro de unos años.

  42. Isabel L. dice:

    Valle, creo que todas hemos intentado ser totalmente respetuosas con las opiniones de las otras, y nadie ha entrado en terreno personal -si ni siquiera nos conocemos…-, no hay que interpretar nada de lo que se dice como descalificación de las opiniones que tengas. Pero eso sí, la crítica no va contra partos naturales (para quien los quiera y con una buena atención sanitarai) ni contra lactancias a demanda, sino de cómo la idea de que eso es lo idóneo y único que está bien está creando una imagen de la madre perfecta. Te lo ha explicado mucho mejor Arantxa, que se expresa de maravilla.
    La verdad es que me llamó mucho la atención la última frase de Valle, en el sentido de que amamantar es mucho más benefcioso para la propia mujer que para nadie más (bebé, padre, entorno familiar..), porque se expresa como si tuviera la certeza absoluta, sin matizaciones -te puedo decir que para mi no fue una experiencia bonita, ni larga. Pero por supuesto que para muchas madres, sí-. Si esto o algo parecido te lo dice una matrona, pediatra, médico, (o algo todavía peor como lo que he leído arriba de que quien no da de mamar es mala madre) me parece ofensivo y mal consejo. Como particular cada quien puede sostener opiniones tajantes, como médico, hay que entender los matices de cada caso. Por cierto (y como anécdota), a mi me dijeron en los cursos preparto que dejara que el bebé usara el pecho como chupete, aunque la idea puede parecer idílica y maternal a quien no tenga que llevarla a cabo, a mi me pareció de lo menos practico que he oído en mi vida.

  43. Ines dice:

    Chicas, creo que es un poco cansino el tema «buena» o «mala» madre. Cada una hace lo que puede y punto. Un parto en un taxi, detrás de una puerta de una cuadra, en un hospital o por cesárea no hace a una madre mejor ni peor. Tampoco la epidural lo determina. Aún así, algunas se creen jueces con derecho a condenar a sus congéneres (aun siendo juez y parte).

    Qué duda cabe que la lactancia materna es aconsejable. Pero no al precio de hacer pasar un calvario a la que no pueda hacerlo por el motivo que sea (por ejemplo una amiga mía no pudo darle el pecho a su hija y fue un auténtico trauma, apenas superado años después). ¿Es que acaso nosotras elegimos si nuestro parto acabará en una cesárea? ¿Es que somos culpables de cualquier escollo que surja en el camino?

    Por otra parte, pienso que, una vez más, imperan las modas: cuando yo era pequeña, la moda fue el biberón (años70). Ahora la moda es dar de mamar hasta que el niño tiene 8 años. Ni tanto ni tan calvo. Pero lo que de ningún modo me parece admisible, es que cualquier opción genere en la mujer una sensación de fracaso como madre. ¿Qué tendrá que ver?

    Valle: lo de las mayúsculas es universalmente conocido. Como también lo es el respeto por las opiniones ajenas. Algo básico en cualquier debate por la red, y sobre todo para que esto no se convierta en una ristra de descalificaciones, como sucede en otros muchos foros.

    Aquí os pongo un artículo interesante que viene muy al caso:

    http://www.sermamas.es/actualidad/el-club-de-las-malas-madres/

  44. valle. dice:

    Respuesta para Ines, Arantxa e Isabel L.
    Para empezar creo que no he descalificado a nadie. Como comenté en la primera intervención, no he leido aún el libro.
    Yo no creo que la maternidad sea idílica, ni los embarazos ni los partos, ni la lactancia, ni la relación con tu marido, con tu empresa, ni con tu suegra cuando llega un nuevo ser a tu casa.

    Lo que si creo firmemente es que promocionar la lactancia materna en la sociedad actual, la española, en la cual se está «perdiendo la cultura de la teta», es un asunto de primera necesidad. ES UN ASUNTO DE SALUD PUBLICA. ( LO GRITO). Es similar a promocionar hábitos saludables en la alimentación, o en la prevencion de las enfermedades oncológicas, entre ellas LA OBESIDAD. Esto es «evidencia científica». No es romancitismo, no es una filosofía. No es ensayo y error. Lo tomas o lo dejas, pero tiene el valor de evidencia científica. Si no he podido dar teta a mis dos hijas adoptivas, no me voy a buscar ningún trauma. Sólo voy a seguir, día a día, dándoles lo mejor que pueda, de mí, de mi cultura, y de la educacion que esté en mi mano darles.

    Cada vez que cualquier «profesional» negativiza la lactancia materna, por el motivo que sea, nos hace un flaco favor a todos. Para mí equivale a negativizar la administración de vacunas en la edad infantil, dejar de promocional el uso del preservativo entre los adolescente, o no intentar frenar el consumo de tabaco.

    Yo soy respetuosa con cualquiera que no quiera tener hijos, ( por favor, que no los tenga si no los desea), con cualquiera que no quiera lactar, o con cualquiera que alegue motivos para que le realicen una cesarea a la primera contracción. Conozco madres fantásticas ( adoptivas), que ni han parido, ni han dado teta. La maternidad es mucho más, porque el instinto materno/paterno existe, como existen los sentimientos más simples y más complejos.

    Sólo existe, en el reino animal, un instinto más fuerte que el de la maternidad y ese es el de la SUPERVIVENCIA. Los seres humanos tenemos la capacidad de superponer el instito maternal/paternal al de la supervivencia, no todos somos iguales, igual que no todas somos Teresa de Calcuta.

    Os aconsejo un libro muy bonito sobre la Maternidad/paternidad, es de CArlos Gonzales «Bésame mucho». Otro para resolver conflictos, incluso con nosotras mismas. » de Manuel Segura. «Enseñar a convivir no es tan difícil».( Serendipity). Es facil de leer. Es el mejor libro que lei el año pasado.

    Otro libro para entender mejor la naturaleza del Ser Humano «El Hombre en busca de Sentido» de Viktor Frankl. Este libro es el mejor que le leido nunca. Merece la pena. DEBERÍA SER OBLIGATORIO PARA CUALQUIERA QUE SE DEDIQUE A LA MEDICINA O A LA EDUCACION. ¡Ojalá lo lea Badinter!

    Besos

  45. arantxa dice:

    Valle
    Yo ya me he leído a Frankl y a muchos otros. Y me parece a mí que Badinter nos lleva la delantera en lecturas a las dos, por varios cuerpos de ventaja.
    Me permito recomendarte a Chantal Delsol ( nada feminista y nada «sospechosa»), o tal vez a Hannah Arendt ( si te van los clásicos), a lo mejor te abren la mente a la necesidad de construir un mundo común, en el que nadie es quien para juzgar las intenciones de los demás, alejandonos de ideologías extremas y de verdades lapidarias que no han hecho más que llevarnos al desastre durante siglos.
    Lo mejor para cada familia es aquello que pueden asumir, que facilita sus vidas y que les hace felices. Y si la lactancia materna lleva por la calle de la amargura a una madre y envenena la relación materno-filial, sobran las bondades de esa lactancia que nos cuentan algunos artículos. Siento decirte que no todas piensan como tú, que le vamos a hacer. No todas creemos que el destino de nuestros hijos depende tan estrechamente de nosotras, al menos yo no me creo tan importante. Así que si mi hijo decide fumar y llega a padecer un cáncer de pulmón (Dios no lo quiera), nunca pensaré que con unos meses más de lactancia podría haberse evitado.
    ¿Eres capaz de ver la cuestión desde esta perspectiva, o hay que imponer la lactancia a sangre y fuego ( y gritos), como objetivo de primera necesidad?

  46. Isabel L. dice:

    Valle, me canso de leer cómo interpretas los comentarios como alusiones a tu situación personal. Cuando dije que en los comentarios no habíamos hecho alusiones personales – a tu persona me faltó por decir-, me refiero a Inés, Arantxa, Belén y yo que hemos intervenido después de ti, en el contexto en que lo dije me parece que está superclarísimo, pero bueno, lo puedo dejar aún más claro: no me refiero a ti, ni a nadie en particular. Si yo me hubiera tomado el comentario que hiciste sobre los bienes de la lactancia para la mujer como algo personal, fíjate la de líneas que podría rellenar haciéndome la víctima. Pero se entiende que no era hacia mi, porque no me conoces ni puedes saber mis circunstancias (aparte de que el día que yo dejé la lactancia hice una pequeña celebración, lo llevo muy bien, pero eso tampoco lo puedes saber porque no me conoces).
    Sobre lo que dices sobre la importancia departo y lactancia, me pregunto siempre que si tan claro lo teneis por qué no sois más realistas con la sociedad en la que vivimos, en las que las edades delas primerizas tienen un rango de 30 años de diferencia (15-45, no es ninguna exageración), por poner sólo un ejemplo, ¿es siempre lo mismo, lo natural, lo mejor?. La pregunta es totalmente retórica, yo ya he dejado claro que pienso que hay que ver cada caso, y que confiar en las elecciones de las madres, y tener en cuenta a los padres.

  47. Isabel L. dice:

    Sobre que las ideas que se tienen en temas de parto y sobre todo lactancia, totalmente de acuerdo, y también sobre que en ideas nos vamos de un extremo a otro. En la calle, hay de todo, pero en internet hay muchas webs en las que sólo se admite lo natural, y se lanzan todo tipo de descalificaciones con quien va con otro criterio. Hay otros en los que se puede leer descalificaciones mutuas entre madres que dan el pecho y que dan el biberón, es de vergüenza ajena.
    Personalmente sí pienso que las cifras de abandono de lactancia son muy altas, y como yo lo he hecho, bajo mi responsabilidad, puedo decir que la información que se me dio en el preparto me pareció generalista y poco realista. No responsabilizo al personal sanitario, la decisión fue mía, pero sí echo de menos una visión más realista, valga la repiticón, de la situaciones que se plantean.

  48. VALLE ROSALES RODRIGUEZ dice:

    adios

  49. Isabel L. dice:

    Valle, el comentario que escribí el viernes es duro, a pesar de que sí expresa lo que pienso, y es que si alguien se toma todo lo que se discute como alusiones a lo que ha escrito, el diálogo se entorpece terriblemente, los otros que participan en la conversación se pueden llegar a cansar de que se interpreten de esta forma sus palabras, y de tener que matizar y explicar cada dos por tres lo que han dicho ya porque alguien se ven referencias a algo que no se menciona ó interpreta que va con segundas intenciones. Y si además ese alguien sostiene una opinión tajante, se coloca en una posición de ventaja totalmente injusta porque puede decir lo que opina una y otra vez, no admitir otros puntos de vista y encima estar recibiendo las excusas de los otros contínuamente; y esto no se aviene a los términos de una conversación relajada. Siento lo que escribí fuera seco, que lo es, y que parezca tan cortante; debería haberlo explicado mucho mejor y no supe hacerlo.

    Sobre los libros que comentais sólo conozco el de Carlos González, que no me interesa, y agradezco las referencias a los filósofos nombrados. Igualmente agradezco el enlace de Inés, a grandes rasgos lo encuentro muy cierto.

    Y ahora comento lo que no hice en su momento porque no quería que el tema se desviara a lactancia sí ó no, que no es el asunto del post; pero entiendo que sí que lo es cómo se promociona la lactancia. Por todos los estudios médicos de los que he tenido conocimiento, lo que se implica es que la lactancia materna puede suponer una mejora de la salud futura del bebé, pero no puede hacer una previsión apriorística de que lo vaya a ser; o sea que los bebés que reciben lactancia materna tienen menos riesgo de padecer en un futuro determinados problemas, pero cuál es esa probabilidad a priori antes y después de la lactancia materna, no te lo pueden decir los estudios, porque se combinan demasiados factores, genética, medio en el que se desarrolla el bebé, buen trato que se le dé, etc, etc. La lactancia materna es mejor que la artificial (que ha mejorado terriblemente en parte gracias a estos mismos estudios), pero tanto mejor como para decir que es la preferible en cualquier circunstancia no lo es, ni puede existir estudio que lo avale. Valle ha usado una expresión que no había oído nunca, «binomio» -con la que no estoy de acuerdo- pero que lleva implícito que la salud del bebé depende también de la salud de la madre, y si la madre ó el bebé no están agusto con la lactancia materna -, malamente van a conllevar el binomio.

    Y no quiero dejar pasar la famosa frase que me dejó alucinada, ya que estpy en esto de hablar de cómo se promociona la lactacncia, que fue esta : «LA MUJER OBTIENE MÁS BENEFICIOS EN SALUD DE LOS QUE OFRECE A TODA LA FAMILIA CON EL HECHO DE LACTAR.». Pues bien, se mencionan en muchos estudios que la lactancia puede -puede, es posible, existe la probabilidad, hay una correlación, insisto los estudios nunca hablan de certezas absolutas- generar innumerables beneficios psiquícos físicos y emocionales en la madre y el bebé, pero lo que es incuestionable es que cuando una mujer amamanta, da alimento al bebé y no al revés, no cabe duda de que el que recibe el mayor benefcio es el bebé, que es el que se está criando- y esto sí que es lo que ha dispuesto kla naturaleza, los padres crían a sus hijos-. Es que si para promocionar la lactancia materna se l legan a invertir los términos y hacer parecer que se hace por benefcio de la mujer, se está recurriendo al engaño. Como dije como particular que cada uno piense como sea; como implicado en la promoción de la lactancia hay que ser mucho más cuidadoso con lo que se dice.

  50. Pilar dice:

    Con estos comentarios podría escribirse una tesis sobre la psique femenina.
    ¡¡Cuánto se puede aprender leyéndolos!!

    • Belén dice:

      Pilar, es cierto que el debate es muy interesante y con mucho respeto. Da gusto los lectores que tenemos en Uno más en la familia. Gracias a todos. Un saludo.

  51. Barbara dice:

    Tengo un hijo de casi 19 meses y hace cerca de 20 días logre terminar con su lactancia. Primer noche tuve pesadillas de culpa por creer que él iba a sufrir así como sufría yo, pero me doy cuenta que fue algo fundamental para mi independencia y para su desarrollo (creo que si pudiera me agradecería) esta recambiado. Al fin la lactancia también determino un cambio en la participación de mi marido en la rutina de nuestro hijo y en el vínculo de los dos. Para terminar con lo de la lactancia, mi hijo es muy saludable y creo que sea menos por la lactancia que por la cantidad de anticuerpos que recibe diariamente de nuestro perro.
    En mi experiencia de muchas angustias, contradicciones y reflexiones por ser madre, me doy cuenta que una misma es quien tiene que establecer como será la crianza de su hijo, y hacerlo junto al padre en la medida de la participación concreta del mismo. Si mi marido no lava los pañales que no me venga con que usemos pañales de tela pues aunque me parezca fundamental para el medio ambiente, egoisticamente (como todos los otros seres humanos) tengo otras prioridades.
    Es buenísimo leer Badinter (estoy empezando su actual libro) creo que ella nos ayuda a estar atentas para la importancia de estar en continua reflexión. Lo que me despierta a que tenemos que cuidarnos de la alienación medica, la alienación ecologista pero también de la alienación feminista pues alienarse es el problema. Una tiene que estar continuamente conectada con una misma para identificar de donde sacamos nuestras necesidades y prioridades (realizarse con el trabajo es necesidad de quien?). Tengo muchas identificaciones con lo eco y con lo feminismo y me parece que es fundamental encontrar la vuelta para la relación que hemos establecido con ella pero reconozco que esto no es un problema para nosotras mujeres SOLAMENTE. El problema de las eco madres es que ellas están solas aunque convivan con los padres de los bebes, que en su mayoría muy poco les importa todo lo que tenga que ver con su crianza. Todavía tengo mucho a leer del libro de Badinter, aunque tenga críticas, me encanta la polémica y reflexión que ella una vez más nos provoca y regala. (Perdón por los equívocos con el español – no es mi lengua madre ja)
    Saludos

    • Belén dice:

      Barbara, gracias por dejarnos tu interesante reflexión. Totalmente de acuerdo en que la crianza la decide la madre o los padres si este último está implicado (como dices, sino que no diga nada). Tu español es muy bueno, no te preocupes. Un saludo.

  52. Lola dice:

    Estaba buscando información sobre Elisabeth Badinter y he llegado aquí. ¿Por qué siempre que se habla de «carlosgonzalistas» se habla de que os sentís atacadas como «malas madres»? En serio, ¿quién os ha llamado «mala madre? Creo que esos sentimientos de culpa salen de vosotras mismas. Por cierto, si no quieres dar de mamar hasta que el bebé tenga barba no lo hagas pero los comentarios despectivos hacia otras formas de crianza, sobran. ¡Más libertad y menos guerras de madres! Allá cada uno con su conciencia. Si alguien se siente culpable será por algo, quien tiene la conciencia tranquila duerme muy bien. Otro dicho popular: quien se pica, ajos come.