Divertidas sombras chinescas para los niños

Divertidas sombras chinescas para los niños

Escrito por: Sacra    28 septiembre 2009     2 minutos

Las sombras chinescas son una forma divertida de jugar con nuestras manos al mismo tiempo que proyectamos figuras en la pared. Colocándolas delante de un foco de luz y dejando que nuestra imaginación vuele, podemos conseguir hacer que se conviertan en un ave, un perro o un temible cocodrilo. A los niños les encanta pero, sobre todo es una herramienta muy eficaz para el desarrollo de su creatividad.

Esta actividad nos permite explorar y descubrir la posibilidad de expresarnos mediante un lenguaje de luces y sombras, movimientos, voz, música, etcétera. Además nos ayuda a potenciar nuestra parte creativa y expresiva, ayudándonos a utilizar el cuerpo como una herramienta más de comunicación y expresión. Y, lo mejor de todo, es que no necesitamos apenas materiales: una lámpara, la pared o una cartulina blanca y tus manos.

De ahí a desarrollar toda una historia va sólo un paso. Primero inténtalo con figuras sencillas, no intentes crear perfectas siluetas pues pronto te puede venir el desencanto y dejarlas aparcadas creyéndote un completo inútil. Todos somos capaces, simplemente hay que poner grandes dosis de paciencia y rebajar las exigencias personales, la imaginación hará el resto. Invita al pequeño a que participe en las historias, puede crear sus propias siluetas o poner voces a las tuyas o hilar una historia donde aparezcan distintos personajes que ambos iréis creando. Es un ejercicio perfecto de comunicación, complicidad y diversión en familia.

Las sombras chinescas, a pesar de su nombre, no nacieron en China, sino en la isla de Java, hace la friolera de cinco mil años antes de J.C. Aunque en un principio se concibió como un juego infantil, su posterior expansión a Occidente ha hecho que se desarrolle un teatro específico hecho con sombras chinas, al que se le ha dado por nombre Teatro de Sombras, muy popular en Alemania y Francia. A pesar de la antigüedad de sus orígenes, curiosamente, es un arte que se sigue practicando como si se acabara de descubrir. Afortunadamente hay emociones bellas que no cambian.

Vía | Madres Hoy