Cómo ser madrastra o padrastro (I)

Cómo ser madrastra o padrastro (I)

Escrito por: Manzano Azul    14 septiembre 2009     2 minutos

A pesar de ciertos estereotipos, bien conocidos en torno a la figura de la “madrastra” o el “padrastro”, afortunadamente hoy en día, las madrastras ya no son lo que solían ser, y se hace menos complejo ingresar en la vida de un hombre o una mujer con hijos. Está claro que el proceso no será fácil, que la figura del padre o la madre es irremplazable y que puede existir algún grado de resistencia, sin importar la edad que tengan los hijos.

Es mejor tener clara la situación antes de casarse, hablar de lo que vendrá y establecer el plan a seguir; muchos elementos deben ser tenidos en cuenta, como el sostén económico de los hijos, propios y de la pareja, el lugar donde vivirán y con quién vivirán. Otro punto sumamente delicado, es el acordar cómo se manejará la disciplina y los límites para los hijos dentro del nuevo hogar, si podrá la madrastra o el padrastro corregir, sugerir, reprender, aconsejar, o de qué manera podrá involucrarse frente al comportamiento de niños o jóvenes que no son sus hijos, sin afectar su relación de pareja ni tampoco la relación entre su pareja y los hijos.

No es igual integrarse a una familia con hijos pequeños, que con hijos adolescentes o adultos; el trato será distinto, ganarse un lugar de amistad y respeto, no le llamarán padre o madre al día siguiente de establecido el hogar. Así mismo será complejo establecer un ambiente cordial con los parientes y amigos de la pareja; en familias muy tradicionales costará trabajo que los padres de él o ella acepten la decisión de sus hijos de vivir con alguien más.

El peor error que se puede cometer es tratar de rivalizar o competir con los hijos de la pareja, tratar de cambiar los hábitos del hogar o imponerse por la fuerza a los niños; si se trata de niños pequeños, la situación se desarrollará con naturalidad y los hijos entregarán su amor y amistad a quien les muestre cordialidad, respeto y preocupación.

Fuente l Armonía Familiar. Juan Humberto Solano