Los beneficios de la danza del vientre en el embarazo

Los beneficios de la danza del vientre en el embarazo

Escrito por: Sacra    12 octubre 2011     2 minutos

La danza del vientre aporta múltiples beneficios durante el embarazo

Bien es sabido que la época de la gestación es una de las etapas más complicadas en el transcurso de la vida femenina. Si bien aceptas con toda naturalidad que no se trata de una enfermedad si no, más bien, de un paso hacia adelante en tu desarrollo personal, si existen ciertas autolimitaciones que nos imponemos, generalmente, debido a los miedo que se genera en torno a esta nueva situación. Aceptamos que somos una vasija frágil que guarda el mayor tesoro y, por lo tanto, debemos evitar cualquier movimiento ajeno a la plena contemplación de esa vida que crece, aunque ello suponga tener que renunciar a nuestras aficiones, sabiendo con certeza que no existe peligro alguno.

Afortunadamente, cada vez son más los médicos que incluyen dentro de la rutina de la embarazada nuevas técnicas y actividades lúdicas que les haga tomar contacto, de forma natural, con su nuevo estado. Alejar los miedos, relajar tensiones y ayudar en la tarea del parto son los objetivos primordiales. Por eso no es extraño ver a mujeres embarazadas acudiendo a sus sesiones de yoga prenatales, practicando reflexoterapia o continuando con sus clases de gimnasia. Y dentro de este grupo nos encontramos con la danza del vientre que nos aporta un buen número de beneficios tanto en el embarazo como en el parto.

Esta danza oriental que resulta ser una de las más antiguas de la humanidad, aporta innumerables beneficios para la mujer gestante. Así nos encontramos con que alivia los dolores de la zona lumbar, mantiene el tono del suelo pélvico, nos ayuda a relajar la pelvis y oxigena y calma al bebé. Además nos ayuda a relajarnos, a tomar contacto con nuestro cuerpo y, por lo tanto, a mejorar nuestro estado de ánimo.

Pero no debemos olvidar que hay ciertas precauciones que debemos tener en cuenta. El mejor momento para empezar a practicarla es a partir del segundo trimestre, debemos evitar los movimientos bruscos de vientre y cadera y, por supuesto, no practicarla en el caso de embarazos múltiples, pérdidas vaginales o acumulación de peso excesivo. En cualquier caso lo mejor es consultar con el ginecólogo para evitar posibles riesgos tanto en tu salud como en la del bebé.

Vía | Crecer Feliz< Foto | Pequelia