Aplican el método Canguro, en Senegal, para salvar a cientos de bebés

Aplican el método Canguro, en Senegal, para salvar a cientos de bebés

Escrito por: Mónica M. Bernardo    19 noviembre 2009     2 minutos

Hoy en día si un niño nace prematuro ya no supone casi ningún problema el poder sacarlo adelante, pese a los riesgos que tienen: problemas respiratorios, huesos débiles… Pero esto sólo ocurre en el mundo occidental. En los países más pobres no cuentan con incubadoras en las que mantener a los pequeños con vida hasta que alcanzan una madurez suficiente como para vivir por sí mismos.

Senegal es uno de esos países, y allí el profesor Ousmane Hdiaye, jefe de Pediatría del centro Abass Ndao, se resistió a dejar morir a esos prematuros. Por ello puso en marcha en la capital del país, en Dakar, el método Canguro con el que ya han salvado cientos de vidas en el país africano.

Lo importó de Colombia y empezó a instaurarlo en el país hace 11 años con bastantes buenos resultados. Se trata de una metodología muy sencilla y se basa en lo que la naturaleza nos ha enseñado. Seguir el método que siguen los marsupiales con sus bebés que completan su desarrollo fuera del útero materno. Lo hacen agarrados a las mamas de sus progenitoras mientras se mantienen protegidos del mundo en la bolsa que las canguros tienen en su barriga.

Del mismo modo, los bebés senegaleses prematuros están en contacto directo con el cuerpo de su madre (o del padre si no es posible la primera opción), preferiblemente en la zona del pecho que es, la más acogedora, día y noche hasta que van ganando peso.

El método lo aplican a los niños que nacen con menos de dos kilos y lo mantienen, al menos, hasta que el recién nacido gana un kilito más. Por supuesto son seguidos de cerca por las cuidadosas manos del médico.

En palabras del profesional, ese contacto entre madre e hijo permite que el niño coja el calor que le transmite su mamá, la seguridad y la confianza que necesita para salir adelante. También consigue sentir el latido del corazón de su madre y puede comer cuando lo necesite. «Está comprobado que crecen más sanos y psicológicamente más equilibrados sin necesidad de gastar dinero», asegura Ndiaye.

Con los buenos resultados obtenidos, el doctor presentó el proyecto a Unicef que lo sigue, lo avala y lo monitoriza desde el pasado mes de enero.

Vía | El País