El cordón umbilical, ese gran desconocido

El cordón umbilical, ese gran desconocido

Escrito por: Sacra    26 febrero 2015     2 minutos

El cordón umbilical es ese mágico cable que mantiene unido al bebé a la placenta materna. A través de él va recibiendo el oxígeno y los nutrientes necesarios para su desarrollo a lo largo de la gestación. Está formado por una vena y dos arterias que tienen una misión extremadamente importante: mientras la vena le aporta el oxígeno y los alimentos, las arterias se ocupan de eliminar todos los elementos nocivos que genera el propio bebé.

El cordón umbilical está formado por una sustancia gelatinosa que es la que protege a la vena y las arterias, resultando muy flexible, para que el bebé pueda moverse a su gusto, pero también lo suficientemente sólido como para comprimirse, algo que podría ocasionar un grave incidente al dejar de transitar la sangre entre madre e hijo.

El cordón umbilicial crece a lo largo de todo el embarazo. Por tener una comparativa, en el cuarto mes de gestación éste es tan largo como el propio bebé, y la longitud normal en el momento del parto suele estar entre los 50 o 60 centímetros. Pero bien es cierto que, en algunas ocasiones, el cordón umbilical crece en demasía, incluso llegando al metro o, por el contrario, quedándose excesivamente corto.

Cuando el cordón umbilical es demasiado largo puede existir el riesgo de que acabe enrollándose en alguna parte de su cuerpo. En un 30 por ciento de los partos, el bebé presenta alguna vuelta de cordón, lo que no suele suponer ningún riesgo, especialmente porque es detectado en las ecografías anteriores al momento del alumbramiento, y solucionado sin ningún problema.

En el caso de que sea demasiado corto, la situación puede complicarse un poco más, ya que el bebé no puede salir por sí solo y necesitará la ayuda de algún instrumento como los fórceps o ventosas. En los casos más graves habrá que recurrir a la cesárea.

Vía | Ser Padres
Foto | El rincón bohemio